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Hyundai IONIQ 5

Pixel-Perfecto: El Hyundai Ioniq 5 Demuestra que los Ángulos Marcados Ofrecen un Viaje Suave

Author: auto.pub | Published on: 26.06.2025

Durante años, los coches eléctricos han dejado atrás su imagen de vehículos aburridos o poco inspiradores. Hyundai remarcó este cambio en 2020 lanzando la marca Ioniq, con la intención no solo de sumarse a la carrera eléctrica, sino de liderarla. El pionero fue el Ioniq 5, un modelo que acercó la carga ultrarrápida al gran público, redujo el precio a la mitad respecto a los exclusivos y sorprendió al mundo con su diseño rompedor. Todo comenzó en 2019 con la presentación del concept 45 EV, un homenaje al Pony de los años 70 y una clara referencia a la era espacial. Líneas rectas, proporciones cuadradas y, sobre todo, los famosos píxeles: no solo faros LED, sino conjuntos geométricos de luz denominados "píxeles paramétricos". El Ioniq 5 pasó del concept a la producción manteniendo casi intactos sus rasgos. Hyundai no suavizó las peculiaridades, sino que las convirtió en seña de identidad. El resultado es un coche que parece sacado de Blade Runner, pero que puedes encontrar en el concesionario de tu barrio. Y no solo eso: viene de serie con más tecnología que muchos modelos alemanes premium que cobran cada extra a precio de oro. La mayoría de coches con “diseño atrevido” lucen unos faros vistosos o una parrilla brillante que solo destaca de lejos. El Ioniq 5 va más allá. Empieza por su inconfundible capó, o más bien cubierta frontal, que recorre de un extremo a otro como una galleta glaseada. Debajo hay espacio para guardar objetos y un trabajo aerodinámico que permite que el aire fluya con elegancia. El espectáculo real comienza al encender las luces. Los píxeles paramétricos: 256 cubos luminosos que evocan una consola ochentera en la oscuridad. No son simples faros, sino esculturas de luz. Los pilotos traseros mantienen el aire retrofuturista, como una calculadora de bolsillo lista para salir de fiesta. Las ruedas, situadas en las esquinas, otorgan al Ioniq 5 una batalla cercana a los tres metros, más que muchos coupés o limusinas. El patrón en forma de Z de las puertas recorre la carrocería como un relámpago, y los tiradores enrasados solo emergen cuando se necesitan. Es cierto que resultan algo extraños al tacto, pero la belleza tiene su precio. Vista desde atrás, la temática de los píxeles continúa. Hyundai incluso probó a eliminar el limpiaparabrisas trasero, aunque finalmente tuvo que recuperarlo por motivos prácticos. No es un detalle artístico, pero al menos evita accidentes al maniobrar. Las llantas, de 19 o 20 pulgadas según el acabado, parecen fruto de la colaboración entre un molino y una sonda espacial. Además de vistosas, son aerodinámicas. Al acceder al interior, la sensación es la de una sala VIP diseñada por un arquitecto vanguardista. Sin motor de combustión, el habitáculo se libera. Piso plano, tres metros de batalla y espacio para las piernas digno de un jet ejecutivo. Incluso una persona de casi dos metros puede viajar atrás sin rozar las rodillas. No es solo una cuestión de espacio. El Ioniq 5 piensa, siente y responde. La consola deslizante "Universal Island" se mueve según lo necesites: cargador de móvil o reposapiés trasero. Tras el restyling, los controles son más táctiles: botón físico para asientos calefactados, adiós a los menús infinitos en pantalla. Pulsar y disfrutar. Incluso el volante se suma a la moda Pixel, con cuatro LEDs centrales que forman una “H” en código Morse, una firma secreta en lugar del logotipo. Cada dispositivo parece bien planteado y, en muchos casos, sobresaliente. Hyundai ha dignificado el plástico. Todo transmite calidad, con materiales ecológicos, plásticos reciclados y bioplásticos de caña de azúcar. El plástico convencional queda desfasado. Los "Relaxation Seats" no solo permiten reclinarse. Se extiende el apoyapiernas y el respaldo, y la sensación es casi la de flotar en una batería portátil de lujo. No es una limusina, es un Hyundai, pero nada que ver con los antiguos Elantra. Representa una nueva era, que trae el confort premium al segmento familiar. Los pasajeros traseros también disfrutan de comodidades: asientos deslizantes y reclinables eléctricamente. ¿Necesitas más maletero? Abate todo en modo Tetris y tendrás hasta 1.370 litros, espacio suficiente para medio verano de vacaciones. Dos pantallas de 12,3 pulgadas funcionan ahora con mayor agilidad y admiten Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos. Las actualizaciones OTA mantienen el sistema al día y el equipo de sonido Bose supera a muchos salones domésticos. Al estacionar, el coche lo hace solo con el asistente inteligente remoto. Puedes quedarte en la acera mientras el Ioniq 5 aparca como una bailarina suiza. ¿Hace falta? Quizá no, pero impresiona. En Europa, el Ioniq 5 suele equipar batería de 84 kWh, aunque la gama arranca con una de 63 kWh. Propulsión trasera, 170 CV y 350 Nm permiten 0-100 km/h en 8,5 segundos, 185 km/h de velocidad máxima y hasta 440 km de autonomía. Si eliges la batería grande, la tracción trasera sube a 229 CV y 570 km de alcance. Con tracción total y doble motor, alcanza 325 CV, 605 Nm y acelera de 0 a 100 km/h en cinco segundos. Es silencioso, rápido y refinado. Para los más atrevidos, el Ioniq 5 N ofrece 609 CV, 740 Nm y 0-100 km/h en solo 3,5 segundos, con punta de 260 km/h. La autonomía baja y el consumo sube, pero quien compra el N busca emociones, no eficiencia. Todo esto es posible gracias a la plataforma E-GMP de Hyundai, cuyo gran tesoro es el sistema eléctrico de 800V. Mientras muchos rivales siguen en 400V, el Ioniq 5 carga del 10 al 80 por ciento en solo 18 minutos, menos de lo que tardas en arrepentirte del tentempié de la gasolinera. Puedes sumar más de 300 km en 20 minutos, y las paradas de carga pasan a ser secundarias. Más rápido que esperar en la cola del baño. ¿Preocupado por el frío? Tras el lavado de cara, el preacondicionamiento de la batería ayuda: introduces el cargador en el navegador y el coche calienta la batería antes de llegar, o puedes activarlo manualmente. Incluso bajo cero, la carga completa es más rápida que calentar el cepillo de dientes. En todos los acabados, Hyundai no ha recortado equipamiento. El consumo es bajo, la bomba de calor es de serie, la frenada regenerativa multietapa se adapta al tráfico y puedes conducir con un solo pedal en ciudad. En autopista, la tracción total te da seguridad y puede desconectar el eje delantero para ahorrar energía. ¿Remolque? Hasta 1.600 kg con freno. La carga es sencilla: 11 kW en corriente alterna, tomas convencionales, Plug & Charge y CCS2. Sin apps ni códigos, solo enchufar y listo, aunque no todos los puntos lo permiten aún. El Ioniq 5 te sitúa en el centro de la experiencia al volante, no como mero pasajero. Hablemos de la suspensión. Está pensada para carreteras exigentes: los baches y ondulaciones no alteran su marcha. Incluso en modo Sport, el confort permanece. La batalla de tres metros aporta gran aplomo. En autopista, el coche mantiene la trayectoria como si siguiera un hilo, sin necesidad de correcciones constantes. Las pruebas de ADAC lo confirman: este Hyundai se comporta como un dron guiado por láser. La dirección es ligera pero informativa, sobre todo en versiones con tracción total. En curva, el Ioniq 5 va sobre raíles. El bajo centro de gravedad y los neumáticos anchos minimizan el balanceo y mantienen la neutralidad. Si fuerzas, hay cierto carácter de propulsión, pero los controles electrónicos mantienen todo bajo control. En situaciones límite, se comporta como un amigo fiable: estable y seguro. La prueba del alce: superada con solvencia. El habitáculo es tan silencioso como una biblioteca. El ruido del viento solo se percibe a velocidades que pondrían nerviosa a la policía. Incluso con llantas de 20 pulgadas, el ruido de rodadura es bajo, ayudado por neumáticos silenciosos. El motor apenas se escucha, salvo si activas los sonidos artificiales, pero el verdadero lujo es el silencio. La aceleración es refinada, no salvaje. La potencia está disponible siempre, haciendo la conducción diaria fluida y sin estrés. La frenada combina regeneración y fricción con suavidad, sin transiciones bruscas. Puedes ajustar la regeneración o dejar que el coche decida, logrando una conducción urbana muy natural. La propulsión trasera garantiza buenas salidas incluso en mojado. Si la cosa se complica, la tracción inteligente o la total intervienen. Si quieres algo de diversión, puedes desconectar parcialmente el control de estabilidad para unos segundos de juego. El Ioniq 5 ha obtenido cinco estrellas Euro NCAP. Seguridad para adultos, niños, peatones y ayudas electrónicas, todo con nota. Siete airbags, incluido uno central para evitar choques de cabeza, antes exclusivo de modelos alemanes de lujo, ahora de serie. El paquete SmartSense de asistentes es completo. Incluye frenada autónoma de emergencia capaz de detectar peatones, ciclistas e incluso animales grandes. La versión 2.0 frena en maniobras complejas, como giros a la izquierda. El detector de ángulo muerto no solo enciende un icono, sino que muestra una cámara en tiempo real al poner el intermitente. Sin sustos ni sorpresas. RCCA y PCA ayudan al aparcar, delante y detrás; si se cruza un patinete, frena por ti. Si alguien se acerca mientras un niño intenta abrir la puerta trasera, la mantiene cerrada. Los sistemas de mantenimiento de carril actúan con suavidad. Si te desvías hablando, te devuelve a la vía. El LFA te mantiene centrado, incluso en curvas suaves. Para viajes largos, el HDA2 es tu copiloto: navega, ajusta velocidad y cambia de carril con solo activar el intermitente. El broche lo ponen los faros Matrix LED, que iluminan la carretera como un escenario sin deslumbrar al resto. Todo lo esencial está cubierto: cámara 360, eCall, reconocimiento de señales, luces largas automáticas y sensores por doquier. Si tuvieras que elegir un eléctrico de la última década que más impresiona, el Ioniq 5 sería uno de los favoritos, cargado de premios de diseño y tecnología que despierta envidia incluso en los premium alemanes. Pero hasta las estrellas tienen sus sombras. Aspectos a tener en cuenta: Diseño. El Ioniq 5 parece una película de ciencia ficción ochentera hecha coche. Su estética angular no deja indiferente: o enamora o desconcierta, pero incluso los críticos admiten que es atrevido. Interior. Tan espacioso como una sala, tan inteligente como un móvil. Mucho espacio, acabados de calidad y materiales que parecen de gama superior al precio. Tecnología y carga. 18 minutos para pasar del 10 al 80 por ciento, apenas da tiempo para un tentempié vegano. La batería grande supera los 500 km. Extra: puedes alimentar dispositivos o una parrilla en un picnic. Conducción. Chasis sólido, dirección intuitiva, comportamiento predecible en curvas, suspensión cómoda pero firme. El habitáculo es silencioso. Tanto en marcha relajada como en conducción dinámica, el coche mantiene la compostura. Seguridad. Siete airbags. Electrónica digna de un avión. SmartSense te da casi visión total y actúa si te despistas. El Ioniq 5 es medio robot: guía, frena, gira y hasta cambia de carril. No es solo ayuda, es un copiloto digital. A tener en cuenta: Distancia de la pantalla de infoentretenimiento. El amplio habitáculo hace que la pantalla quede algo lejos; a veces hay que inclinarse para alcanzarla. Software y navegación. El sistema es algo lento y planifica rutas con paradas de carga demasiado prudentes. Los conductores expertos prefieren intervenir. Las actualizaciones OTA mejoran, pero algunos rivales son más fluidos. Menús y complejidad. Los entusiastas disfrutarán la tecnología, pero los usuarios medios querrán una guía, o Google Translate y una linterna. Algunas funciones, como el preacondicionamiento de la batería, están muy ocultas. Tiradores de las puertas. Los tiradores retráctiles son visualmente atractivos pero extraños al tacto y requieren adaptación. Avisos sonoros. El coche opina sobre todo y lo comunica. Desactivar todos los avisos es complicado, así que quizá acabes rindiéndote y convirtiéndote en el conductor prudente que Hyundai imagina. El Ioniq 5 no es perfecto, pero sí encantador: atrevido, innovador, práctico y utilizable a diario sin ansiedad por la autonomía. Sus pequeños defectos son más bien peculiaridades, como ese amigo hablador que siempre trae buen vino. El Ioniq 5 puede ser perfectamente el coche que finalmente haga irresistible la movilidad eléctrica, incluso para los más escépticos.