
Sistemas ADAS: Copilotos útiles, no pilotos automáticos
Los largos viajes de verano son la ocasión ideal para poner a prueba los sistemas ADAS de tu coche. Estos asistentes electrónicos ofrecen avisos e intervenciones de todo tipo, aunque su verdadera eficacia depende menos de la tecnología y más de la atención del conductor y de su disposición a confiar en ellos.
El frenado automático de emergencia (AEB) puede evitar colisiones por alcance en situaciones de baja visibilidad o cuando el cansancio acecha. La alerta de ángulo muerto y la asistencia en cambio de carril ayudan a evitar maniobras arriesgadas, aunque solo si el conductor está pendiente de sus indicaciones. Algunos sistemas avanzados incluso pueden sugerir o realizar cambios de carril de forma autónoma, pero muchos conductores aún se resisten a ceder tanto control.
Los sistemas de vigilancia de fatiga y atención se basan en el seguimiento de los movimientos de ojos y cabeza, una idea potente en teoría que, en la práctica, tiende a emitir falsas alarmas. El auténtico avance llegará cuando estos sistemas sean capaces de anticipar emergencias médicas reales, como la asistencia de parada de emergencia, que detiene el vehículo y contacta con el 112.
El control de crucero también ha evolucionado mucho. Los sistemas adaptativos que ajustan la velocidad según las señales y gestionan el tráfico denso aportan un confort notable en los atascos. Las alertas y asistencias de cambio involuntario de carril resultan clave para corregir despistes.
La tecnología de visión también suma: luces largas automáticas, iluminación en curva, head-up display e iluminación adaptativa mantienen la atención en la carretera y aseguran una visibilidad óptima.
No cabe duda de que los ADAS aportan una capa de seguridad adicional, especialmente en los viajes largos de verano, pero no sustituyen la conducción ni la responsabilidad. La tecnología apoya, pero no reemplaza la atención. Un buen viaje sigue comenzando con descanso suficiente, prudencia al volante y buen juicio, no solo con cámaras y radares.