
La nueva alquimia: Startup estadounidense afirma poder producir cinco toneladas de oro al año
Si pensabas que los alquimistas medievales habían quedado en el olvido junto a elixires y piedras filosofales, conoce a Marathon Fusion. Esta startup con sede en San Francisco no solo promete energía de fusión, sino que aspira a transmutar elementos. En concreto: hasta cinco toneladas métricas de oro puro al año, directamente desde el corazón de un reactor nuclear.
Puede sonar a ciencia ficción, pero la idea se basa en principios reales de la física nuclear. El núcleo del proceso es un reactor tokamak de escala gigavatio, equipado no solo con una manta reproductora de tritio tradicional, sino también con mercurio-198 estable. Bajo el bombardeo de neutrones, el Hg-198 se convierte en Hg-197 inestable, que posteriormente decae en oro-197. Una alquimia nuclear limpia y precisa, al menos sobre el papel.
Sin embargo, hay una advertencia importante. El oro resultante debe almacenarse de forma segura entre 14 y 18 años, hasta que su radiactividad residual descienda a niveles seguros. Así que nada de anillos de boda dorados por el momento. Y antes de fantasear con fortunas de miles de millones, hay que asumir una realidad aún más fría: los reactores de fusión comerciales no existen. Toda la visión de Marathon depende de un campo aún dominado por esa palabra escurridiza: esperanza.
Reactores como SPARC o HH70 aún no han alcanzado el umbral comercial. Incluso si lo logran, subsisten incógnitas acerca de los costes de producción, la disponibilidad de flujo de neutrones y la gestión de la radiactividad residual del propio oro. Como señaló con ironía un experto: “técnicamente correcto, prácticamente imposible”.
Aun así, Marathon Fusion no se rinde. Sostienen que este subproducto dorado, con un valor potencial de 545 millones de dólares al año, podría hacer más atractivas las inversiones en fusión y acelerar el desarrollo de todo el sector. La idea es desmesurada, audaz y, potencialmente, transformadora. Si alguna vez funciona, podría desencadenar una nueva fiebre del oro que cambie para siempre la noción de riqueza segura.
Pero hasta que los reactores no produzcan gigavatios y oro en cantidades industriales, la “nueva alquimia” de Marathon sigue siendo una mezcla de fantasía, intriga científica y el sueño febril de cualquier inversor especulativo.