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Invictus

Invictus de la ESA aspira a llevar Europa a la era Mach 5

Author: auto.pub | Published on: 22.07.2025

Si pensabas que la aviación moderna había tocado techo tecnológico, la Agencia Espacial Europea está lista para desmontar esa idea con un auténtico estruendo supersónico. La ESA ha puesto en marcha el Proyecto Invictus, una ambiciosa iniciativa para desarrollar una aeronave hipersónica reutilizable capaz de despegar como un avión convencional y alcanzar Mach 5, es decir, unos 6.150 kilómetros por hora. Todo ello impulsado por hidrógeno.

En el núcleo de este gigante aéreo se encuentra un motor basado en la tecnología SABRE, articulado en torno a un ingenioso sistema de precooling. Desarrollado por Reaction Engines Ltd del Reino Unido con el apoyo de la ESA, este motor es capaz de enfriar el aire a temperaturas extremas en una fracción de segundo a velocidades hipersónicas, evitando así que la aeronave se funda bajo su propia ambición. No se trata solo de alcanzar una cifra récord, sino de lograr que la ingeniería sobreviva a tales velocidades.

Junto a la ESA, el proyecto cuenta con socios de peso como Frazer-Nash, Spirit Aero Systems y la Universidad de Cranfield, que actúa como centro científico clave. En el próximo año esperan definir la estrategia de control de vuelo y someter el motor a pruebas en configuración completa y lista para vuelo, desde la toma de aire hasta la cámara de combustión.

Invictus no es un concepto lejano propio de la ciencia ficción. Es la respuesta europea, elegante y alimentada por hidrógeno, a la creciente carrera global por tecnologías hipersónicas en defensa y vigilancia. Mientras Estados Unidos, China y Rusia acaparan titulares con sus avances, la ESA entra en la contienda con discreción y una visión civil: velocidad, sostenibilidad y reutilización, no solo para defensa, sino también para lanzamientos orbitales, transporte de mercancías y futuras misiones espaciales.

Lo más relevante es que no se trata únicamente de rivalidad militar. Invictus sienta las bases para aplicaciones civiles, experimentación tecnológica y un nuevo capítulo en la historia aeroespacial, donde las pistas de aterrizaje dejan de ser destinos para convertirse en lanzaderas hacia la órbita. Europa puede haber llegado tarde a la carrera, pero su objetivo es volar más rápido y más lejos que nunca.