Corvette proyecta un futuro digital con los conceptos CX y CX.R
Chevrolet ha desvelado dos atrevidos conceptos Corvette en el evento The Quail de Monterey: el estudio hiperdeportivo eléctrico CX y el CX.R Vision Gran Turismo, un modelo virtual creado para el mundo digital. Ambos rebosan promesas de ingeniería futurista, aunque ninguno llegará jamás a la línea de producción.
El CX se presenta como una visión radical de un Corvette eléctrico, equipado con cuatro motores y una potencia declarada superior a los 2.000 caballos. Su arsenal aerodinámico incluye desde difusores activos hasta ventiladores de efecto suelo, todo bajo una silueta que no supera los 104 centímetros de altura y una cabina tipo cúpula que se eleva como la de un caza. La energía proviene de una batería de 90 kWh, aunque la posibilidad de ver cifras así en un modelo de serie es, como poco, remota.
El CX.R Vision Gran Turismo lleva la fantasía aún más lejos. Diseñado para los circuitos digitales de Gran Turismo 7, mantiene los 2.000 caballos pero combina un motor turboalimentado que gira a 15.000 rpm con tres propulsores eléctricos. Su carrocería negra y amarilla, los componentes ultraligeros y los detalles de competición exagerados expanden el mito Corvette en un espacio donde las leyes físicas son tan flexibles como el propio código del juego.
Chevrolet es clara con su propósito: se trata de ejercicios de diseño, no de prototipos. El objetivo es moldear la imagen de Corvette, inspirar futuros modelos y conectar con la intersección entre la cultura del automóvil y el mundo del videojuego. Así, los CX y CX.R no pretenden señalar el camino hacia el próximo Corvette de producción, sino renovar el relato de la marca para una generación que conoce los coches primero en la pantalla antes que en la calle.
