




Líneas Afiladas y Futuros Más Suaves: El DS Nº4 Apuesta por el Estilo y el Silencio
Con un lavado de cara tan esculpido como su nombre es enigmático, el renovado DS Nº4 irrumpe en la era eléctrica con una elegancia calculada y, quizá, un leve matiz de urgencia. Atrás queda el anodino DS 4; en su lugar, aparece un coche con más aristas que una tertulia parisina, una parrilla LED pixelada que parpadea con ese inconfundible toque francés y unos faros tan afilados que casi merecen licencia médica.
El habitáculo continúa la misma narrativa refinada. Se han actualizado los materiales, el cuadro de instrumentos digital ha sido rediseñado y el sistema multimedia ahora cuenta con integración de ChatGPT; al fin y al cabo, si tu depósito es eléctrico y el silencio es abrumador, bien puedes preguntar a tu coche por el sentido de la vida mientras recorres las afueras.
Bajo la carrocería, el DS Nº4 se despide discretamente de la gasolina. La nueva gama se compone de dos versiones híbridas y un modelo 100% eléctrico E-Tense. La variante eléctrica presume de un motor de 213 CV, batería de 58,3 kWh y una autonomía homologada WLTP de 450 km; cifras respetables, aunque no revolucionarias. La recarga del 20% al 80% se completa en solo 30 minutos, dentro de lo habitual en los eléctricos europeos.
Respecto a los híbridos, la versión de acceso con 145 CV combina un tricilíndrico turbo con apoyo eléctrico de 28 CV y un cambio robotizado; menos emocionante, más orientado a cumplir normativas. El híbrido enchufable más potente ofrece 225 CV, 81 km de autonomía eléctrica y acelera de 0 a 100 km/h en 7,4 segundos. ¿Territorio de compacto deportivo? Casi.
Fabricado en Rüsselsheim, en la planta de Opel, el DS Nº4 simboliza la unión entre la ambición francesa y la disciplina alemana. Se espera que las ventas arranquen en Europa antes de que finalice el año, con precios aún por confirmar; actualmente, el DS 4 saliente parte en torno a los 39.000 euros.
El DS Nº4 quiere ser más en todo: más eléctrico, más lujoso, más visionario. Pero todavía queda por ver si los compradores estarán dispuestos a pagar por ese “más”, o si todo esto se convertirá en una despedida tan elegante como el aroma a cuero sintético de alto precio que flota en el aire.