





Stellantis presenta cinco modelos en Düsseldorf
Citroën presentó una nueva versión del Jumpy equipada con un completo paquete de confort que incluye asientos calefactados, pantalla de 10 pulgadas, climatizador automático y un conjunto de sistemas de asistencia al conductor. Por su parte, el Peugeot Boxer apostó por la practicidad, combinando un motor diésel de dos litros con un cambio automático de ocho velocidades y una opción de asientos tipo 'salón convertible', pensada para transformar la furgoneta en una sala de estar móvil.
El Fiat Ducato, un clásico en el mundo de las camperizaciones, mostró su solución de producción 'Back to Back'. Esta plataforma estandarizada pero flexible facilita el trabajo a los carroceros, permitiendo crear autocaravanas de lujo con mayor sencillez. El propulsor sigue siendo un turbodiésel, ahora acompañado de una suspensión más suave y un piso rebajado para mejorar el acceso.
Junto a estos modelos utilitarios, Stellantis exhibió sus curiosidades eléctricas ultraligeras: el Citroën Ami Buggy y el Fiat Topolino. Limitados a 45 km/h, estos pequeños eléctricos se presentan como compañeros ideales para campistas, teóricamente lo bastante compactos para viajar en un remolque y útiles para recados o desplazamientos cortos en destinos vacacionales. En la práctica, con baterías de 75 kilómetros de autonomía, siguen siendo juguetes de nicho para un público muy específico.
Stellantis muestra así sus dos caras: una gama principal aún anclada en el diésel y una tímida incursión en los nichos eléctricos ultracompactos. La feria no deparó sorpresas, solo la confirmación de que el mercado de caravanas y autocaravanas sigue siendo lo bastante sólido como para justificar nuevos acabados y algunos experimentos de micromovilidad.