Rolls-Royce rinde homenaje al arte milenario con una lujosa trilogía inspirada en Dunhuang
Cuando Rolls-Royce decide conmemorar algo, no se conforma con una nota de prensa o un llavero conmemorativo. La emblemática marca británica ha presentado tres modelos exclusivos inspirados en los murales de las cuevas de Dunhuang en China, a través de su Private Office Shanghai. El Phantom Extended, Black Badge Cullinan y Black Badge Spectre constituyen un brillante tributo a más de un milenio de memoria cultural, transformada en metal, cuero y luz.
No se trata de nostalgia museística. Es contemporáneo, preciso y desmesuradamente ambicioso. El motivo central es el "Silken Spirit": un hilo visual que integra la figura de la Spirit of Ecstasy en un flujo de seda, recorriendo cada coche como símbolo y relato. Cada modelo interpreta la paleta cromática, los patrones y los significados de Dunhuang a su manera.
El Phantom Extended presenta un panel de galería pintado a mano que evoca las apsaras voladoras, seres celestiales de la mitología budista. La carrocería luce el tono Ningye Purple, mientras que 192 estrellas iluminan el techo, como versos susurrados. La diseñadora Chloe Dowsett se inspiró en la xilografía china, aunque sus "bloques" fueron finos pinceles, capa sobre capa en cuero negro. El resultado: un habitáculo que no grita, pero resuena.
El Black Badge Cullinan asume su carácter más extrovertido. En Danqian Pink, con 107.000 perforaciones en los asientos de cuero y un Silken Spirit iluminado en el techo, resulta visualmente impactante pero meticulosamente contenido. Cada detalle responde a un propósito mayor: redefinir el lujo ornamental para el siglo XXI.
El Black Badge Spectre, por su parte, demuestra que un gran turismo eléctrico también puede ser teatral. Vestido de Qingshan Blue, en alusión a las montañas de Dunhuang, brilla con una parrilla iluminada en Turchese y un interior tapizado en cuero negro y turquesa. Los umbrales de las puertas iluminados reflejan motivos extraídos de siglos de arte, impregnados de respeto cultural.
En el fondo, una verdad esencial: Rolls-Royce no imita la cultura, la interpreta. No se trata de caricaturas exóticas improvisadas, sino de diálogos meditados convertidos en detalles artesanales. Aquí el lujo no es solo opulencia, sino significado. Y la factura, por supuesto, lleva muchos ceros, cada uno grabado con intención.