












El Porsche 911 Turbo S se electrifica y pulveriza récords
No se trata solo de otro hito para el 911 en velocidad o diseño, sino de una revisión profunda de la filosofía que sustenta su mecánica. El nuevo Turbo S, presentado en Múnich, es el primer 911 de producción que combina gasolina y propulsión eléctrica. Y no es un prototipo: llegará directamente a los concesionarios, con precios en Alemania a partir de 271.000 euros.
Las cifras impresionan: 711 caballos, 800 Nm de par y una entrega que se mantiene contundente entre 2.300 y 6.000 rpm. Son 61 caballos más que la generación anterior, gracias en gran medida al nuevo sistema eTurbo de Porsche, donde pequeños motores eléctricos en los ejes de los turbos eliminan el retardo y ofrecen respuesta instantánea.
En el centro se encuentra un motor de 3,6 litros derivado del Carrera GTS, pero rediseñado en casi todos sus detalles. Un motor eléctrico se ha integrado en la caja de cambios de doble embrague y ocho marchas, alimentado por una batería compacta de 1,9 kWh: modesta en capacidad, pero suficiente para afilar la respuesta de forma notable. El resultado es un híbrido de tracción total que acelera de 0 a 100 km/h en solo 2,5 segundos, alcanza los 200 km/h en 8,4 segundos, llega a 322 km/h y completa una vuelta al Nürburgring en 7 minutos y 3,92 segundos.
Pero Porsche no se ha limitado al sistema de propulsión. El nuevo Turbo S monta neumáticos traseros 10 mm más anchos, frenos carbocerámicos de gran tamaño (420 mm delante, 410 mm detrás) y una nueva versión del Porsche Dynamic Chassis Control, que mantiene el balanceo bajo control. Los clientes pueden elegir también un sistema de elevación del eje delantero, que permite superar badenes y baches sin renunciar al afilado spoiler frontal.
La aerodinámica cobra más vida que nunca: tomas de aire delanteras activas, un alerón trasero configurable e incluso conductos frontales sensibles a la lluvia que reducen la humedad en los frenos. Un escape rediseñado ahorra 6,8 kilos al conjunto, reforzando su enfoque en el rendimiento.
En el interior, Porsche introduce cambios sutiles pero significativos. Los asientos traseros desaparecen de serie, aunque el cliente puede solicitarlos sin coste. Las versiones cabriolet mantienen la configuración habitual. Y para quienes quieren llevar la pasión en la muñeca, Porsche ofrece un reloj temático junto al coche.
El 911 Turbo S siempre ha sido la punta de lanza tecnológica de Stuttgart. Ahora, con la hibridación, se convierte en algo más: una declaración de que prestaciones y electrificación no son opuestos, sino parte del mismo futuro.