De vuelta al barro y la piedra: el Opel Frontera Gravel ruge en lo salvaje
Opel ha decidido que es hora de recordar al mundo que el nombre Frontera representó en su día algo más robusto—un vehículo sin miedo al barro, las rocas y los caminos indómitos. Así nace el Frontera Gravel, un prototipo que parece recién llegado de una expedición por el Amazonas, armado con machete y mapa.
En colaboración con BlackFish y XS Studios, Opel ha dado forma a una máquina cuyo carrocería beige mate, techo negro en contraste y detalles en naranja intenso logran un equilibrio entre un estilo llamativo y una auténtica actitud todoterreno. El parachoques delantero podría rivalizar en tamaño con el de un camión de mercancías, el cabrestante está listo para sacar de apuros a amigos o desconocidos por igual, y la baca Thule Canyon XT ofrece espacio de sobra para todo el equipaje vital, además de un acompañante y un par de perros.
Este vehículo no escatima en iluminación. Las barras LED en el techo y los focos sobre el capó brillan con la intensidad suficiente como para hacer innecesario el sol. Bajo todo eso giran unas llantas Borbet CWE de 16 pulgadas, calzadas con neumáticos BFGoodrich de dibujo agresivo, pensados para morder la tierra.
Pero aquí está el matiz: bajo ese aspecto tan robusto late el mismo corazón de siempre del Frontera—un motor eléctrico de 156 caballos con tracción delantera y una batería de 54 kWh. Sin tracción total. Sin bloqueos mecánicos del diferencial. Más adorno de campamento aventurero que auténtico escalador de senderos.
Aun así, prototipo o no, el Frontera Gravel despierta una esperanza más profunda: el deseo de que Opel se atreva por fin a crear un auténtico todoterreno. Uno que no solo luzca bien en Instagram, sino que de verdad suba montañas.
La presentación pública está prevista para el 30 de mayo en el XS Car Night Wörthersee de Austria. ¿Llegará a producirse? Por ahora, nada es seguro. Pero la esperanza, como siempre, es lo último que se pierde.
