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Nissan LEAF

Nissan pisa el freno y solicita una pausa en los pagos

Author: auto.pub | Published on: 03.07.2025

Cuando tu coche empieza a echar humo y parece que todo va directo al desastre, llega un momento en que solo queda parar, levantar las manos y esperar que alguien acuda en tu ayuda. Eso, en sentido figurado, es exactamente lo que le ocurre ahora a Nissan: se encuentra en tal apuro financiero que ha pedido a sus acreedores en Europa y el Reino Unido una prórroga en los pagos. Comunicaciones internas y documentos filtrados dibujan un panorama poco alentador.

En estos momentos, Nissan necesita liberar alrededor de 150 millones de euros. No para lanzar un modelo emocionante o desarrollar un superdeportivo, sino simplemente para sobrevivir. Para poder cubrir los gastos y continuar con la reestructuración del grupo.

La marca ya ha convencido a algunos proveedores ofreciéndoles retrasar los pagos a cambio de un interés modesto en lugar de dinero inmediato. Es decir, "pagaremos más, pero más adelante". Ahora, de nuevo, la paciencia vuelve a ser la moneda de cambio. Los pagos previstos para junio se aplazan hasta mediados de agosto o incluso para el otoño. Los proveedores tienen razones para mostrarse recelosos.

Nissan justifica esta medida como un paso imprescindible para mantener la liquidez. Debe afrontar los gastos diarios, reorganizar su actividad y cumplir con los intereses de los bonos. Desde la sede central en Japón aseguran que el proceso de reestructuración avanza, aunque los documentos filtrados dejan claro el agujero de 150 millones de euros.

Todo esto sucede justo cuando Nissan cierra su anterior ejercicio con unas pérdidas récord: 750.000 millones de yenes, unos 5.300 millones de dólares. El nuevo CEO, Ivan Espinosa, se ve obligado a centrarse no en crecer, sino en sobrevivir. Su receta es sencilla: recortar gastos, replantear la producción y el marketing, y revisar las alianzas. No es un plan especialmente atractivo.

Espinosa culpa a la ambición desmedida de la antigua dirección. Las grandes inversiones en nuevas fábricas no se tradujeron ni en un aumento de la producción ni en más ventas.

Aun así, no hay un temor real a que Nissan desaparezca. Incluso en el peor de los casos, alguien la compraría y seguiría existiendo como parte de un conglomerado mayor.