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BMW M3 CS Touring

¿Un corazón BMW bajo el capó de un Mercedes?

Autor auto.pub | Publicado el: 25.08.2025

Dos de los rivales más acérrimos de Alemania podrían estar a punto de unir fuerzas de forma inesperada. Según informaciones recientes, Mercedes-Benz se prepara para adquirir motores directamente de BMW, lo que permitiría que la próxima generación de vehículos de Stuttgart incorpore la tecnología de cuatro cilindros de Múnich a partir de 2027.

En un giro difícil de prever, Mercedes mantiene negociaciones avanzadas con BMW para integrar el motor de gasolina turboalimentado B48 de 2.0 litros en varios de sus futuros modelos. Este propulsor, pieza clave en las gamas de BMW y Mini durante la última década y presente incluso en el actual BMW M2, podría convertirse en el corazón de los coches con la estrella de tres puntas. Para Mercedes, la decisión es clara: abandonar el costoso desarrollo interno de motores de combustión pequeños y centrar sus recursos en los bloques de seis y ocho cilindros, así como en su tambaleante pero esencial programa de electrificación.

La colaboración no se limitaría únicamente a los motores. Según Manager Magazin, ambas marcas estudian compartir cajas de cambios e incluso sistemas híbridos completos. Si el acuerdo se cierra este año, la alianza supondría mucho más que una cooperación técnica: sería un pacto estratégico entre dos históricos adversarios que afrontan los mismos desafíos del sector.

BMW, por su parte, saldría especialmente beneficiada. Su planta de Steyr, en Austria, ya la mayor fábrica de motores de Europa, aumentaría su volumen de producción y reforzaría sus ingresos en un momento en que toda la industria busca fórmulas para sobrevivir. Mercedes, mientras tanto, obtendría un ahorro inmediato en costes en una coyuntura financiera delicada. El beneficio del segundo trimestre de 2025 cayó un 69 por ciento, hasta solo 957 millones de euros, lo que evidencia la rapidez con la que su estrategia anterior ha quedado obsoleta.

Tras este inesperado acercamiento se esconde una realidad incómoda: la demanda de vehículos totalmente eléctricos no ha crecido al ritmo previsto, dejando a las marcas premium atrapadas entre la presión regulatoria y la cautela de los clientes. En este contexto, el pragmatismo se impone al orgullo.

Así, cuando la próxima generación de modelos Mercedes—desde los compactos GLA y GLB hasta los C y E—salga a la carretera a finales de la década, es muy probable que su refinado sonido tenga acento bávaro. En un sector donde la supervivencia exige alianzas insólitas, incluso las rivalidades más arraigadas pueden ceder ante la necesidad.