Maserati se prepara para Goodwood con un nuevo modelo reluciente y viejas dudas
El fabricante de lujo de Módena, Maserati, se prepara para exhibir su destreza en el Goodwood Festival of Speed. Más conocido como un escaparate para el exhibicionismo automovilístico que como un foco de noticias relevantes, el festival vuelve a ser el escenario donde la marca del Tridente intenta, quizá con cierta desesperación, mantenerse actual.
La que la compañía describe como su mayor novedad será la presentación mundial de un modelo hasta ahora inédito. Por el momento, los detalles resultan escasos y poco concretos. Lo más probable es que se trate de una reinterpretación de un diseño ya existente, actualizado con retoques estéticos y una importante dosis de marketing. Maserati lo define como “una nueva y auténtica expresión de energía”, una expresión que suena más a retórica promocional que a logro de ingeniería.
Junto al nuevo modelo, tres coches ya conocidos saldrán a escena: el GT2 Stradale, el GranCabrio y el MCXtrema. El GT2 Stradale es la supuesta versión homologada para carretera de un coche de competición, equipado con soporte para matrícula y algunos detalles en fibra de carbono. Su motor V6 de 640 caballos y la aceleración de 0 a 100 km/h en 2,7 segundos impresionan sobre el papel, aunque se trata de un vehículo muy exclusivo, con escasa relevancia práctica.
El GranCabrio, pese a su imponente presencia, es en esencia un gran turismo convencional. Sus 490 caballos y el interior en blanco glaciar proporcionan material a los fotógrafos, pero aportan poco realmente al panorama automovilístico.
Por último, el MCXtrema es una máquina limitada a circuito que perpetúa la tradición de Maserati de fabricar coches destinados a unos pocos coleccionistas. Con 740 caballos y solo 62 unidades producidas, su relevancia queda limitada a listas de prestigio más que al asfalto.
Los tres modelos participarán en la famosa Hillclimb de Goodwood, una prueba reconocida por sus curvas cerradas y su entorno seguro, aunque espectacular. Maserati espera que la subida sirva para demostrar su “capacidad”, aunque en este tipo de eventos lo importante suele ser la foto y el aplauso, más que los registros de rendimiento.
Todo ello se enmarca en la campaña “Año del Tridente” de la marca, un guiño nostálgico al simbolismo centenario de su emblema. Sin embargo, más allá de la historia, Maserati sigue enfrentándose a los mismos retos de siempre: una innovación limitada, un público muy reducido y productos cuyos precios siguen siendo elevados en relación a lo que ofrecen.
