720 caballos aplastados: la policía de Louisville declara la guerra a las carreras ilegales

Si alguien pensaba que Estados Unidos seguía teniendo debilidad por la potencia bruta y la osadía fuera de la ley, el último espectáculo de Louisville debería hacerle cambiar de opinión. La ciudad difundió unas imágenes que harían estremecerse a cualquier amante del motor: un reluciente Dodge Durango Hellcat, que antes rugía con 720 caballos de pura raza americana, reducido a un amasijo irreconocible bajo el peso implacable de una trituradora.

No se trató de una simple exhibición, sino de una declaración firme en la campaña de la ciudad contra las carreras ilegales. Louisville marcó su postura en 2023, comprometiéndose a recuperar sus calles de los corredores nocturnos y los improvisados circuitos de aceleración. Desde entonces, las autoridades han confiscado 167 vehículos relacionados con estas actividades ilícitas. El desafortunado Hellcat, incautado en 2024, fue uno de ellos.

Algunos se preguntarán por qué no subastarlo o integrarlo discretamente en la flota municipal. La respuesta fue tan contundente como definitiva: el SUV llevaba un motor robado, lo que le privaba de cualquier legitimidad para circular. Ese hecho selló su destino.

Para el alcalde Craig Greenberg y el Departamento de Policía Metropolitana de Louisville, la destrucción fue tanto un mensaje como una acción. Todo vehículo modificado ilegalmente o no apto afronta ahora el mismo final inapelable. Según las autoridades, la trituración del Hellcat no fue un acto teatral, sino una advertencia pública. Los corredores callejeros, insisten, no solo arriesgan sus vidas, sino también la seguridad de toda la comunidad, y la ciudad ya no está dispuesta a tolerarlo.