Cuando el negro se vuelve aún más negro: el Land Rover Defender Octa Black emerge de las sombras
¿Alguien pidió un Defender aún más negro? Probablemente no, pero Land Rover ha decidido que el mundo estaba preparado para ir un paso más allá. Así llega el Defender Octa Black, más oscuro que la noche, más atrevido que nunca y lo bastante llamativo como para detener hasta la mirada más fría.
Hace exactamente un año, el escenario se preparó para el Defender Octa, una fiera con motor V8 de 4,4 litros, capaz de entregar 635 caballos y 750 Nm de par, que ya hacía temblar a sus rivales. Ahora, en 2025, una nueva estrella ocupa el centro de atención: el Octa Black, una máquina que renuncia por completo a la discreción. Toda su carrocería está bañada en Narvik Black, el tono más oscuro jamás creado por Land Rover. Y, sinceramente, si te cruzas con este coche en plena noche, probablemente ya sea demasiado tarde.
Para quienes el brillo no resulte lo bastante intimidante, existe la opción de envolverlo por completo en una lámina protectora mate. Treinta detalles de diseño adicionales, todos acabados en Gloss Black o Satin Black, refuerzan el concepto con una dedicación inquebrantable. Incluso el logotipo ovalado de Land Rover aparece en negro, con las letras deslizándose sobre el emblema en un misterioso brillo plateado.
Las llantas, forjadas en negro, pueden elegirse de 20 o 22 pulgadas, siempre con el tapacubos en negro y la denominación Defender, acompañadas de pinzas de freno también en negro. Desde el exterior, este modelo es el Darth Vader del mundo del motor: enorme, oscuro y con una presencia tan amenazante como inconfundible.
El habitáculo tampoco se suaviza. El cuero Semi-Aniline Ebony, los detalles de Kvadrat, las perforaciones y el salpicadero satinado en negro aportan un ambiente donde lujo y oscuridad se dan la mano. Y para quienes buscan ir aún más lejos, se ofrece un paquete de acabados en fibra de carbono.
Eso sí, no se trata solo de una cuestión de imagen. El Octa Black acelera de cero a cien en apenas cuatro segundos y puede alcanzar los 250 km/h. Una auténtica declaración de intenciones.