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Lamborghini Pregunta

Lamborghini Pregunta: Cuando el Diablo Miró al Cielo

Autor auto.pub | Publicado el: 21.10.2025

El Lamborghini Diablo fue un icono cultural de los años noventa, una máquina que convertía el ruido en arte y la velocidad en una auténtica religión. Su motor V12 rugía con la convicción de una nueva era de prestaciones. Sin embargo, una década después, un estudio de diseño italiano se preguntó: ¿hasta dónde podría llegar el “diablo”? Así nació el Lamborghini Pregunta.

Con dos plazas, techo abierto y una carrocería que recordaba más a un avión militar que a un coche de carretera, el Pregunta no se parecía a nada en el panorama de los superdeportivos. El diseño estuvo a cargo del estilista belga Marc Deschamps, responsable de creaciones de Bertone como el Jalpa y el Athon. La carrocería de fibra de carbono, fabricada en el estudio de Heuliez en Turín, se construyó íntegramente con el mismo material ligero que entonces se utilizaba en aviones de combate, no en deportivos.

Corazón V12, Alma de Jet

Técnica y espiritualmente, el Pregunta era una evolución del Diablo. Utilizaba el mismo V12 central de 5,7 litros que el Diablo SV, con 530 caballos y 605 newton metro de par, asociado a una caja manual de cinco velocidades. Gracias a su aerodinámica avanzada y radiadores delanteros, aceleraba de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos y alcanzaba 333 km/h de velocidad máxima. Era un prototipo, sí, pero plenamente funcional.

Nacido de la Fuerza Aérea

Los guiños visuales a la aviación eran inconfundibles. Su pintura gris mate evocaba los fuselajes de los cazas, las puertas de tijera se abrían hacia el cielo y las tomas de aire esculpidas en la carrocería le daban una presencia agresiva, casi depredadora. Los faros delanteros contaban con ocho pequeños elementos esféricos y los traseros con diez, dispuestos de forma que el coche parecía casi biomecánico, como si estuviera vivo más que fabricado.

Un Habitáculo de Cabina

El interior seguía la misma inspiración. El lado del conductor recordaba a la cabina de un piloto, mientras que el del acompañante ofrecía un ambiente más relajado y confortable. Alcántara azul, iluminación por fibra óptica y pantallas de cristal creaban una atmósfera futurista. Magneti Marelli suministró un cuadro de instrumentos digital heredado de la Fórmula 1, y el coche contaba con navegación, cámaras traseras y un sistema de audio moderno. Los espejos convencionales eran innecesarios: la visión trasera se confiaba por completo a las cámaras.

De París al Circuito

El Pregunta debutó en el Salón del Automóvil de París de 1998 y volvió a mostrarse en Ginebra al año siguiente. Su vídeo de presentación lo mostraba acelerando por una base aérea, “persiguiendo” a un caza: una metáfora perfecta para un coche que desdibujaba la frontera entre tierra y cielo.

Tras su breve vida pública, el Pregunta desapareció durante años hasta reaparecer en el salón Rétromobile de París en 2007, donde fue adquirido por un coleccionista privado. Ese mismo propietario lo condujo tanto por las calles de París como en Spa-Francorchamps. En 2014, la división histórica de Lamborghini, Polo Storico, certificó oficialmente su autenticidad y lo expuso en el museo de la marca. En 2025, el Pregunta cambió de manos de nuevo, vendido en subasta a otro coleccionista.

Un Capítulo Rebelde en la Historia de Lamborghini

Aunque nunca fue un proyecto oficial de Lamborghini, el Pregunta sigue siendo uno de los capítulos más extraordinarios de la marca. Su silueta inspirada en la aviación y su corazón heredado del Diablo encarnan una época en la que la tecnología y el arte compartían el mismo sueño de volar, un sueño que nadie había logrado conquistar del todo.