La audaz “revolución” de Lada deja al mundo boquiabierto
El nuevo Lada Iskra llega con una característica que, según la fábrica, literalmente dejará a los clientes sin palabras: la tapa del depósito de combustible ahora puede abrirse desde el interior del habitáculo. Así es.
Durante la presentación, el foco no estuvo en un sistema de seguridad innovador, un avanzado equipo de infoentretenimiento ni un motor renovado. Toda la atención se centró en una discreta palanca junto al umbral de la puerta del conductor. Basta con tirar de ella una vez para, según АвтоВАЗ, inaugurar una nueva era en la automoción. “Esta solución evita que los conductores se ensucien las manos y eleva el confort a un nuevo nivel”, proclamaron los ingenieros con la convicción de haber reinventado la rueda.
Pero la supuesta revolución no termina ahí. En el interior de la tapa se esconde un gancho pensado para sujetar el tapón durante el repostaje, una comodidad que en Europa es habitual desde los tiempos en que Chernóbil seguía humeando. Mirando al futuro, la fábrica insinúa que la misma apertura podría adaptarse para un sistema de conversión a GLP, porque, una vez en marcha, ¿por qué no?
En este contexto de retrofuturismo, la frase “capacidad del depósito: 50 litros” suena como un eco nostálgico de otra época, cuando aún existía la esperanza de que un Lada pudiera recorrer tanto como sus rivales con un solo depósito.