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Iveco S-eWay

Iveco S-eWay: Retórica ecológica, realidad limitada

Autor auto.pub | Publicado el: 01.10.2025

Iveco ha presentado su último camión totalmente eléctrico, promocionado como una solución universal para tareas que van desde la recogida municipal de residuos hasta la logística regional.

El discurso de la marca sobre el nuevo S-eWay está repleto de palabras de moda como “modular”, “versátil” y “preparado para el futuro”, pero las cifras concretas invitan a la cautela. Una autonomía máxima de 400 kilómetros y la posibilidad de añadir 200 kilómetros en 45 minutos de carga rápida pueden resultar atractivas sobre el papel, aunque en un sector que exige fiabilidad continua, estos datos siguen siendo limitados.

El S-eWay incorpora una batería de hasta 490 kWh, suficiente para la distribución urbana y rutas regionales cortas, pero muy lejos de los modelos diésel, capaces de recorrer varias veces esa distancia con un solo depósito. El tiempo de recarga puede parecer eficiente de forma aislada, pero las operaciones reales dependen de la disponibilidad de infraestructuras, y la red de carga europea sigue siendo irregular.

Iveco destaca múltiples configuraciones, como versiones 4x2 y 6x2, diferentes distancias entre ejes y tres opciones de potencia auxiliar de hasta 60 kW. Esta flexibilidad amplía el abanico de aplicaciones del camión, aunque también puede traducirse en una propuesta costosa y compleja para operadores que valoran la sencillez y la previsibilidad.

Llaman la atención algunas ausencias en la información oficial: el precio, el peso total de las baterías y el efecto de esa masa sobre la carga útil cuando el camión alcanza las 44 toneladas de peso máximo autorizado. No son detalles menores.

Para Iveco, el S-eWay supone un paso obligado. Ningún fabricante de vehículos industriales puede permitirse quedar al margen de la electrificación. Sin embargo, el camión dista mucho de ser el todoterreno que sugieren los folletos comerciales. Su verdadero ámbito serán las ciudades y los corredores regionales cortos, donde la normativa o las exigencias de cero emisiones hacen que la propulsión eléctrica sea menos una opción y más una obligación.