







El Honda CR-V de hidrógeno se prepara para conquistar Pikes Peak
Honda lo tiene claro: si los coches eléctricos ya han conquistado las alturas, ¿por qué no intentarlo ahora con la nueva palabra de moda, el hidrógeno? Así que el próximo 22 de junio, un CR-V e:FCEV tratará de alcanzar la cima de los 4.302 metros de Pikes Peak. A pesar del desfile de siglas, este vehículo es básicamente un CR-V convencional con un único motor eléctrico. ¿La diferencia? Funciona con hidrógeno.
No se trata de un prototipo de competición hecho a medida. Bajo el capó, equipa exactamente la misma mecánica que la versión homologada para carretera: un motor en el eje delantero, dos depósitos de hidrógeno y una batería de 17,7 kWh, apenas suficiente para alimentar una barbacoa en verano. Pero en la categoría de exhibición, la velocidad no es lo importante; lo esencial es captar todas las miradas. Y ahí es donde Honda busca destacar.
El modelo ha recibido algunos retoques de la mano de HRC USA y HART, los equipos de preparación interna de Honda. Se ha rebajado la suspensión, se han montado neumáticos de mejores prestaciones y se ha instalado una jaula antivuelco. No hay mejoras en el rendimiento, pero desde luego tiene el aspecto adecuado.
Al volante estará el conocido piloto de drifting Dai Yoshihara, más habituado a derrapar que a subir montañas. Esta vez el objetivo es sencillo: llegar a la cima. Para repostar, Honda confía en su nueva estación de hidrógeno portátil ZEI, del tamaño de una maleta, que suena más a idea de startup que a solución real, aunque pronto veremos si funciona.
Honda ya ha llevado coches sin emisiones a Pikes Peak anteriormente, con versiones eléctricas del Civic, Fit y CR-Z. Más recientemente, intentaron bajar de los nueve minutos con un prototipo basado en el NSX. Este nuevo intento parece más una jugada de relaciones públicas que una búsqueda de récords, pero si algún coche puede completar la subida en doce minutos usando hidrógeno, ¿por qué no dejarle perseguir las nubes?