
GM y Hyundai unen fuerzas para enfrentar a los rivales chinos
Cuando dos grandes fabricantes deciden colaborar, no es fruto del azar. General Motors y Hyundai Motor han dado un paso que solo puede calificarse como una maniobra estratégica cuidadosamente planificada en la batalla global del sector del automóvil. Ambas compañías han anunciado el desarrollo y la producción conjunta de cinco modelos completamente nuevos, con el claro objetivo de abrirse camino en los mercados de Centroamérica y Sudamérica.
Cuatro de estos nuevos vehículos estarán orientados al gran público: un SUV compacto, un turismo, una pickup de gran tamaño y una pickup media. Todos se ofrecerán con motores de gasolina o sistemas híbridos adaptados a las preferencias locales. Se prevé que la producción comience en 2028 y que la capacidad total alcance, como mínimo, las 800.000 unidades anuales.
Pero los planes no terminan aquí. La alianza también contempla la fabricación de una furgoneta eléctrica para el mercado estadounidense, cuya producción, igualmente, está prevista para 2028.
De fondo, pesa la presión de los fabricantes chinos, cuyos vehículos eléctricos, asequibles y avanzados tecnológicamente, han revolucionado los mercados internacionales. Muchos analistas consideran que esta situación ha llevado a los actores tradicionales a buscar alianzas inesperadas. Sin embargo, los escépticos dudan de que este nuevo binomio logre desplazar rápidamente el dominio chino en Sudamérica, donde los consumidores ya están habituados a coches eléctricos asequibles.
Para GM, este movimiento resulta especialmente significativo, ya que llega apenas un año después de cancelar una alianza con Honda que debía dar lugar a coches eléctricos económicos por valor de 5.000 millones de dólares. Ahora, la estrategia cambia y el resultado dependerá de si la fuerza combinada de estos dos gigantes automovilísticos logra alterar realmente el equilibrio frente a China.