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MANSORY Equestre

Equestre de Mansory: El GT de 12 cilindros de Ferrari reinventado en carbono y exceso

Autor auto.pub | Publicado el: 26.09.2025

A simple vista, el mensaje es claro: si puede fabricarse en carbono, así se ha hecho. Paneles completos de carbono forjado cubren el capó, los pasos de rueda, los faldones y el difusor trasero. Las tomas de aire agrandadas se justifican por una “mejor refrigeración” y un “aumento de la carga aerodinámica”, aunque Mansory, en un inusual gesto de contención, ha evitado instalar un alerón trasero descomunal. La ausencia se explica como un guiño a la elegancia, aunque el resto del coche se aleja años luz de las líneas limpias y minimalistas de un auténtico Gran Turismo.

El debut también estrena nuevas llantas forjadas, denominadas VF.5: lacadas en negro, de 21 pulgadas delante y 22 detrás, calzadas con neumáticos 275/35R21 y 325/30R22. No dejan lugar a dudas: esta máquina ha sido esculpida para recorrer los bulevares de Montecarlo, no caminos rurales de grava. Mansory, fiel a su costumbre de aprovechar cada molde, promete que este diseño estará disponible en otros modelos.

Bajo el largo capó, el corazón de 12 cilindros permanece intacto, aunque con electrónica revisada y un sistema de escape de cuatro salidas que eleva la potencia hasta 855 caballos y 730 Nm. Las mejoras respecto a la puesta a punto de Ferrari son discretas pero intencionadas: lo suficiente para acaparar titulares sin pisar demasiado los talones de Maranello. Los escapes desembocan en cuatro salidas gemelas, enmarcadas en más fibra de carbono.

En el interior, Mansory se entrega a su característica “libertad total”. El modelo de exhibición luce Alcántara gris con detalles en violeta, un techo estrellado de LED y un emblema Mansory iluminado en los mismos tonos. Detalles de carbono visto, un volante deportivo, alfombrillas bordadas y pedales de aluminio completan el conjunto. El ambiente se acerca más al de un lounge de hotel boutique que a la sobriedad elegante de un GT de largo recorrido.

El 12 Cilindri de Ferrari ya era una creación exclusiva, definida por su extenso capó, la sinfonía de sus 12 cilindros y un diseño contenido. El Equestre de Mansory lo hace inconfundiblemente suyo: más carbono, un toque extra de potencia y un interior donde la discreción no tiene cabida.

Guste o no, Mansory ha vuelto a cumplir su objetivo principal: lograr que un Ferrari parezca más un Mansory que un Ferrari.