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Charging station

Cuando los eléctricos recargan más rápido que una parada en boxes de Ferrari, se acaba el juego

Author: auto.pub | Published on: 22.05.2025

Imagínese llegar a una estación de carga y marcharse cinco minutos después con 450 kilómetros de autonomía. Ya no es ciencia ficción: es el futuro que SEVB, desde China, acaba de poner sobre la mesa. Con la presentación de la primera batería del mundo capaz de cargas ultrarrápidas a 1.400 amperios, los vehículos eléctricos están a punto de superar a los de combustión precisamente donde más les duele: en el repostaje.

Presentada en la 17ª Feria Internacional de Baterías de Shenzhen, la batería Star Chaser 2.0 de SEVB—en combinación con el sistema Xinxingchi 2.0 Kiloamp Extreme Charging Edition—alcanza la impresionante cifra de 1,4 megavatios de potencia. Esto permite añadir 150 kilómetros de autonomía por minuto, llevando la recarga de eléctricos a la velocidad de una parada en boxes de Fórmula 1.

Esta tecnología revolucionaria se basa en la arquitectura Tianqing de SEVB, que combina alta densidad energética con un innovador sistema de separación térmica y eléctrica. La batería incorpora un sistema de refrigeración en capas tipo “sándwich”, que incrementa la disipación de calor en un 50 %, algo fundamental cuando se manejan potencias de nivel megavatio.

Pero no acaba ahí. La batería está recubierta con aislamiento de calidad aeroespacial y emplea un cátodo de LFP (litio-ferrofosfato) resistente a bajas temperaturas. ¿El resultado? Mantiene más del 90 % de su energía a -20°C y sigue funcionando con normalidad incluso a -40°C, temperaturas que congelarían cualquier aspiración eléctrica convencional.

¿Y lo mejor? SEVB asegura que no se trata de un simple prototipo llamativo. En pocos años, el sistema será económicamente viable y, a partir del tercer año de uso, podría resultar incluso más barato que mantener un vehículo de combustión tradicional.

Cuando recargar un eléctrico es más rápido que llenar el depósito de gasolina, la ansiedad por la autonomía no solo desaparece, sino que se esfuma por completo. Y para la industria automovilística tradicional, esto no es solo una advertencia: es el pistoletazo de salida del final del juego.