El ocaso de Tesla: el cometa que se apaga

Tesla, una marca que antaño era sinónimo de innovación y futuro, parece estar perdiendo fuelle a gran velocidad. Según varios estudios recientes, el atractivo global de la marca ha caído del 22 al 18 por ciento en el último año. Esta tendencia a la baja se observa en todos los mercados clave de la compañía: en Estados Unidos, la popularidad descendió del 38 al 29 por ciento; en Europa, del 20 al 15; y en China, del 18 al 14.

En China, donde Tesla llegó a ser líder tecnológico, rivales locales como BYD y Xiaomi le han arrebatado el protagonismo. Las ventas de BYD en Europa crecieron un sorprendente 169 % en abril, alcanzando los 7.231 vehículos eléctricos, superando por primera vez a Tesla, cuyas ventas cayeron un 49 % hasta situarse en 7.165 unidades.

La imagen de Tesla en Europa también se ha visto perjudicada por las incursiones políticas de Elon Musk. Su apoyo explícito a políticos controvertidos ha provocado protestas y ha dañado seriamente la reputación de la marca. Como dice el refrán: la lengua no tiene hueso pero rompe el espinazo.

En definitiva, Tesla —que fue el motor de la revolución del coche eléctrico— se enfrenta ahora a un futuro incierto. La competencia es feroz y, si la empresa no reacciona con rapidez, podría afrontar tiempos muy complicados.