
Dodge da marcha atrás: el Charger eléctrico de 900 caballos podría no llegar
Durante décadas, Dodge ha sido el símbolo del músculo americano, forjado a base de potentes V8 y una actitud desafiante. Ahora, en un giro inesperado, la marca parece abandonar su proyecto eléctrico más ambicioso: el Charger Daytona Banshee. Presentado como el futuro de los muscle cars, con casi 900 caballos de potencia, este buque insignia totalmente eléctrico podría no llegar nunca a producción.
Los primeros rumores sobre el Banshee surgieron en 2022, prometiendo una revolución técnica con arquitectura de 800 voltios—el doble que la mayoría de eléctricos—y un sistema de tres motores capaz de entregar entre 800 y 900 caballos. Sobre el papel, era una bestia dispuesta a redefinir el concepto de muscle car eléctrico. Sin embargo, la realidad ha sido menos favorable. Las ventas del Charger Daytona básico han resultado decepcionantes y, con un precio superior a los 100.000 dólares, la dirección de Dodge consideró que el Banshee suponía un riesgo excesivo.
Oficialmente, la compañía no ha confirmado ni desmentido la cancelación, limitándose a señalar que el grupo matriz Stellantis revisa constantemente su gama en función del mercado y la demanda de los clientes. Esa misma estrategia ha llevado a una reestructuración de la división de altas prestaciones SRT, relanzada este verano.
Por ahora, la familia Charger Daytona culmina con el Scat Pack de 670 caballos, mientras que la versión de acceso R/T de 496 caballos ha quedado aparcada indefinidamente. Aun así, las raíces de Dodge en la gasolina siguen muy presentes. Se espera que la marca refuerce su apuesta por la combustión interna, con un seis cilindros en línea ya disponible y crecientes rumores sobre el regreso del mítico V8, que Stellantis estaría preparando para relanzar.
Si el Banshee estaba destinado a quedarse en una visión furiosa, el futuro real de Dodge podría ser mucho más afín a la gasolina de lo que los defensores de la electrificación imaginaban.