
De leyenda de la calle a SUV de acera: ¿es este el fin del Skyline que conocimos?
Antaño icono de las prestaciones japonesas y auténtico santuario de la velocidad, el Nissan Skyline—nombre susurrado con respeto en talleres de preparadores y circuitos—podría estar a punto de cambiar sus líneas legendarias por la silueta abultada de un SUV. Si eso no es una herejía en el templo de la historia del automóvil, ¿entonces qué lo es?
Nissan ha confirmado oficialmente que ya trabaja en la próxima generación del Skyline. Pero a partir de ahí, silencio absoluto sobre los detalles. ¿Será una berlina? Poco probable. ¿Un coupé de dos puertas? Sigue soñando. Los rumores de la industria apuntan a que el futuro Skyline será, muy probablemente, otro SUV suburbano: paragolpes de plástico, posición de conducción elevada y el justo toque de 'carácter' para impresionar en el autoservicio del Starbucks. ¿El Nürburgring? Ya no aparece ni en el navegador.
A día de hoy, el Skyline existe únicamente en Japón, reconvertido en un Infiniti Q50 con otro emblema. Para el resto del mundo, el nombre hace años que se desvaneció en la nostalgia. Y en la era actual de obsesión por los crossover y la electrificación, no cuesta imaginar que el próximo Skyline sea algo que haría llorar en silencio a un GT-R sobre su almohada de fibra de carbono.
Nissan, por su parte, está acelerando el desarrollo de nuevos modelos como nunca antes: apenas 37 meses para dar vida a un coche, y una cartera de plataformas que ha pasado de trece a solo siete. ¿Eficiencia? Desde luego. Pero también es el motivo por el que cada nuevo coche parece un calco del anterior: bloques de Lego sin la diversión infantil.
Aun así, para quienes nos aferramos a la nostalgia como a un volante desgastado, queda un pequeño resquicio de esperanza. Algunos murmullos optimistas sugieren que Nissan podría resucitar el espíritu del Skyline a nivel global—no por beneficio, sino por orgullo. Pero, como siempre, la última palabra la tienen los sumos sacerdotes de la tendencia, y parece que solo rinden culto al SUV.
¿Realmente merece la pena este mundo si el Skyline se convierte en otro SUV más de centro comercial?