
Cova Power promete electrificar el transporte de mercancías sin cambiar de camión
Hasta ahora, la electrificación en el transporte pesado implicaba adquirir vehículos nuevos y costosos. Cova Power cambia por completo este planteamiento. Su sistema convierte un remolque convencional en una unidad autopropulsada que puede trabajar con cualquier camión diésel existente, creando así un conjunto híbrido sin necesidad de sustituir motores ni cabezas tractoras.
El avance se basa en los motores eléctricos integrados en las ruedas desarrollados por Donut Lab. Estos dispositivos compactos y ligeros permiten que el remolque comparta la tarea de propulsión con el camión, aliviando la carga del motor diésel y reduciendo tanto el consumo de combustible como la demanda energética total.
La primera planta de producción de Cova Power se encuentra en Estonia, lo que sitúa al país como un proveedor clave en la incipiente cadena de valor de la logística eléctrica.
Pruebas realizadas por la Universidad de Oulu en Finlandia demuestran que un remolque inteligente puede reducir el uso de diésel hasta en un 54% y disminuir el consumo energético total en torno a un tercio. Para una empresa logística típica, esto podría suponer millones de euros de ahorro anual y una notable reducción de emisiones, sin necesidad de renovar toda la flota.
Además de la eficiencia, la tecnología mejora la seguridad. Al contar con un eje motriz propio, el remolque aporta tracción adicional, lo que estabiliza el conjunto, especialmente en carreteras resbaladizas o irregulares. Esta ventaja resulta fundamental en los climas nórdicos, donde los camiones cruzados son un riesgo habitual en invierno.
El primer sistema completamente operativo de Cova Power se presentará públicamente en enero de 2026 durante la feria CES de electrónica en Las Vegas. Allí, la empresa aspira a demostrar que esta innovación de ingeniería nórdica no es solo un prototipo, sino una solución lista para su producción que puede hacer mucho más eficiente el transporte de mercancías en Europa.
Si Cova Power cumple sus promesas, podría convertirse en el puente tecnológico que el sector del transporte lleva tiempo esperando: un paso decisivo entre la era del diésel y un futuro totalmente eléctrico.