Corvette E-Ray en Goodwood: Americana descarada con ayuda eléctrica
En el Festival de la Velocidad de Goodwood, Chevrolet sitúa en primer plano su deportivo híbrido, el Corvette E-Ray, con la esperanza de captar la atención tanto por sus aspiraciones electrificadas como por su herencia impregnada de gasolina. Es el primer Corvette con tracción total y tecnología electrificada, que llega ahora a Europa con volante a la derecha. El precio de partida en el Reino Unido es de 153.440 libras.
El E-Ray combina un motor V8 de 6,2 litros con una batería de 1,9 kWh y un motor eléctrico delantero, entregando un total de 643 caballos. Acelera de 0 a 100 km/h en solo 2,9 segundos, convirtiéndose en el Corvette más rápido que haya pisado suelo británico. Sin embargo, la gran incógnita es si este despliegue tecnológico es algo más que el intento de un ingeniero estadounidense por seguir siendo relevante en el asfalto europeo.
El sistema reparte dinámicamente el par entre ambos ejes según las condiciones de agarre, algo que impresiona sobre el papel. Pero la modesta batería de 1,9 kWh, más simbólica que práctica, sugiere que el componente eléctrico está pensado para asistir, no para impulsar de verdad. Y no, no hace falta enchufarlo: la batería se recarga durante la frenada, como cualquier híbrido de la última década.
Por debajo de 70 km/h, el coche puede avanzar en silencio durante unos seis kilómetros. Suficiente para salir discretamente del vecindario antes de que el estruendo del V8 domine la escena.
Con una carrocería más ancha, más fibra de carbono y un diseño que no pasa desapercibido—sobre todo en colores como el Hysteria Purple—, el E-Ray no deja indiferente. Para quienes eligen algo más exclusivo, las llantas opcionales de fibra de carbono reducen el peso en 18,5 kilos. Es un coche de opciones y de numerosos extras de alto precio.
En el interior, el conductor se enfrenta a un salpicadero inspirado en aviones de combate, con telemetría en directo, gráficos de banco de potencia y datos del sistema eléctrico en tiempo real.
El Corvette E-Ray se siente menos como una transición a lo eléctrico y más como una forma de afinar la aceleración y justificar la tracción total en un muscle car tradicional. ¿El resultado? Sigue siendo descaradamente americano, ahora con la posibilidad de salir del garaje en modo sigiloso. Perfecto para quienes buscan llamar la atención, no necesariamente avanzar.
