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Xiaomi SU7 Ultra Nürburgring Edition

Coches eléctricos de Xiaomi: ¿espejismo de beneficios o realidad cercana?

Autor auto.pub | Publicado el: 21.08.2025

Para el gigante tecnológico chino Xiaomi, el negocio del automóvil ha sido hasta ahora más un capricho costoso que una fuente de beneficios. Sin embargo, las últimas cifras apuntan a que vender coches con pérdidas podría no ser una condena permanente. Hace poco, cada berlina o SUV eléctrico dejaba a Xiaomi con un considerable agujero financiero, pero esas pérdidas se están desvaneciendo poco a poco, como el hielo en primavera.

En el segundo trimestre de este año, la división de automóviles de Xiaomi registró una pérdida operativa de 41 millones de dólares, lo que equivale a unos 507 dólares perdidos por cada uno de los 81.302 vehículos entregados. Es una mejora notable respecto al primer trimestre, cuando las pérdidas ascendían a 903 dólares por coche, y muy lejos de los 1.400 dólares por unidad de hace unos meses. A este ritmo, Xiaomi podría alcanzar el punto de equilibrio antes de que termine el año, y los analistas mantienen un optimismo prudente.

Los precios también van al alza. Si hace un año el precio medio de un eléctrico de Xiaomi rondaba los 31.000 dólares, ahora se sitúa en torno a los 35.000. El SU7 Ultra, la versión más exclusiva, parte de los 72.700 dólares y llega hasta una edición Nürburgring que alcanza los 112.000, lo que ha elevado el valor medio de las transacciones. La lógica es sencilla: cuanto más caro es el modelo, mayor es el margen, siempre que los clientes estén dispuestos a pagar.

Pero el reto no se limita a los balances. La demanda se ha convertido en un arma de doble filo. En junio, el crossover YU7 Max se agotó en un solo día y los plazos de entrega alcanzan ya hasta 58 semanas. Según la configuración, la mayoría de los compradores afrontan esperas de entre 41 y 58 semanas, cerca de un año o incluso más.

Para quienes no quieren esperar, el fundador y consejero delegado de Xiaomi, Lei Jun, ofrece personalmente una lista de alternativas, entre las que figuran rivales como el Xpeng G7, el Li Auto i8 e incluso el Model Y de Tesla, que compite directamente con el YU7. El mensaje es claro: Xiaomi no teme compartir el mercado mientras la fidelidad y el entusiasmo por su marca sigan intactos.

En definitiva, la división automovilística de Xiaomi aún no es una mina de oro, pero tampoco un pozo sin fondo. Si la tendencia actual se mantiene, el próximo informe trimestral podría traer buenas noticias. Y aunque no sea así, el recorrido ha sido notable. Al fin y al cabo, si una empresa logra que sus clientes esperen un año por un coche, probablemente está haciendo algo bien.