
China pone fin a las manillas de puertas retráctiles
El Ministerio de Industria y Tecnología de la Información está elaborando normas que prohibirán las manillas de puertas totalmente retráctiles en los coches nuevos a partir de junio de 2027. Aunque la medida aún no ha sido aprobada formalmente, la dirección es clara y los fabricantes ya se preparan para eliminarlas. Los diseños semiempotrados podrían sobrevivir, pero solo si incorporan un mecanismo de apertura mecánico. Las soluciones puramente eléctricas dejarán de ser válidas.
La justificación es sencilla y se basa en fallos reales. En invierno, estas manillas pueden quedarse bloqueadas por el hielo o fallar si la batería del coche está baja. En caso de impacto lateral, a menudo no se despliegan, mientras que una manilla convencional seguiría funcionando. Los talleres informan de que estos mecanismos cuestan el triple que los convencionales y se averían tres veces más, con reclamaciones de garantía en aumento, especialmente en vehículos eléctricos. Los medios chinos también han destacado accidentes en los que niños se han pillado los dedos cuando las manillas se retraían de forma inesperada.
Desde el punto de vista estético, pocos discuten su atractivo, y los ingenieros reconocen que aportan cierta mejora aerodinámica. Sin embargo, los beneficios son mínimos y quedan eclipsados por los riesgos para la seguridad y los elevados costes de reparación. Incluso los propios fabricantes lo admiten. Great Wall y otros ya han confirmado que abandonan este diseño, citando tanto la inminente regulación como el declive de la tendencia.
Lo que viene será probablemente un regreso a manillas parcialmente expuestas y más tradicionales, reforzadas con sistemas mecánicos de emergencia en aras de la seguridad. El estilo, por sí solo, no basta cuando la primera helada o un accidente grave dejan la manilla inutilizable. La decisión de China seguramente tendrá eco fuera de sus fronteras y podría animar a otros reguladores a plantear prohibiciones similares.
Las manillas retráctiles aún lucen en algunos modelos nuevos, pero su brillo se apaga rápidamente. El mensaje de Pekín es claro: la moda nunca debe anteponerse a la seguridad.