



Capricorn 01 Zagato: Tres Millones de Euros de Pura Poesía al Volante
La empresa alemana Capricorn, reconocida durante años por suministrar componentes de precisión a equipos de Fórmula 1 y resistencia, ha decidido salir de la sombra de los boxes para construir su propia máquina. El resultado es el Capricorn 01 Zagato, un gran turismo brutalmente mecánico y deliberadamente analógico, del que solo existirán diecinueve unidades. El precio de entrada parte de los tres millones de euros.
En su corazón se encuentra un monocasco de fibra de carbono, que combina ligereza y rigidez a partes iguales. La carrocería también es íntegramente de carbono, mientras que la suspensión recurre a un sistema de doble triángulo con componentes de Bilstein. Los frenos son discos Brembo y las llantas de 21 pulgadas pueden elegirse en aleación ligera o en fibra de carbono.
Bajo el capó esculpido late un V8 Ford biturbo de 5,2 litros, ajustado hasta alcanzar unos impresionantes 900 caballos y 1127 newton-metro de par. La potencia se transmite a través de una caja manual de cinco velocidades fabricada por Cima, el mismo especialista que equipa a Koenigsegg y Pagani. Pese a su potencia, el coche pesa solo 1227 kilos, lo que permite una velocidad máxima declarada de unos 350 kilómetros por hora.
El diseño ha corrido a cargo del legendario Zagato, que ha resistido la tendencia actual hacia la aerodinámica extrema. No hay alerones sobredimensionados ni difusores llamativos: la propia forma de la carrocería genera la carga aerodinámica necesaria. Las puertas de apertura tipo ala de gaviota evocan una época dorada en la que los superdeportivos eran elegantes y espectaculares.
El interior es una cápsula del tiempo. No hay pantallas ni distracciones digitales, solo interruptores mecánicos, mandos giratorios y relojes analógicos de exquisita factura. Los asientos son fijos, pero tanto la columna de dirección como la pedalera e incluso la palanca de cambios —con un recorrido preciso de 75 milímetros— pueden ajustarse para adaptarse perfectamente al conductor.
Para mantener la pureza de sensaciones, la dirección asistida solo actúa a baja velocidad y desaparece a medida que se incrementa el ritmo. Las ayudas electrónicas existen, pero están configuradas bajo una única premisa: el conductor siempre tiene la última palabra.
El resultado es pura poesía mecánica: un coche que no solo te transporta, sino que exige destreza, implicación y respeto. El nombre “01 Zagato” rinde homenaje a la histórica casa de diseño italiana, mientras que la intención de Capricorn es clara. No se trata de un experimento aislado. La empresa afirma que puede fabricar hasta 200 vehículos a medida al año, cada uno como una celebración del movimiento en su forma más humana.