
























BMW iX3: Neue Klasse bajo el estandarte de la sostenibilidad
BMW prosigue su giro hacia la sostenibilidad con la generación Neue Klasse, donde el protagonismo ya no lo tienen los caballos de potencia, sino las toneladas de CO₂. A la cabeza de esta transformación figura el nuevo iX3, un vehículo concebido no solo para la carretera, sino también para el balance ambiental. Su desarrollo se ha guiado por el objetivo de reducir el impacto ecológico mediante la producción, los materiales empleados y el uso energético.
Según BMW, el iX3 50 xDrive compensa su deuda de carbono tras recorrer entre 17.500 y 21.500 kilómetros, dependiendo de si la electricidad utilizada proviene de fuentes renovables o de la mezcla de la red europea. Este cálculo, basado en la comparación con un modelo de combustión, depende en gran medida de que el consumidor confíe en el mismo informe certificado por TÜV que ha consultado BMW.
La descarbonización de la cadena de producción se centra en el uso de materiales reciclados y energía renovable. Las celdas de batería de sexta generación incorporan ahora un 50% de cobalto, litio y níquel reciclados, y sus emisiones de CO₂ por vatio-hora han descendido un 42% respecto a las baterías anteriores.
Por otro lado, viejas redes de pesca se han transformado en revestimientos del compartimento del motor y del maletero, mientras que entre el 70 y el 80% del aluminio de las llantas y cojinetes procede de material secundario. Todo resulta muy prometedor, hasta que se recuerda que sigue tratándose de un SUV de dos toneladas.
El diseño responde a la filosofía “Design for Circularity” de BMW: tapicerías confeccionadas con botellas de PET, componentes fácilmente desmontables y una selección coherente de materiales para simplificar el reciclaje. Sobre el papel, tiene sentido; en la práctica, todo depende de quién desmonte el coche, no de quién lo diseñó.
En funcionamiento, el iX3 presume de consumir un 20% menos de energía que su predecesor, gracias a mejoras en la aerodinámica, la resistencia a la rodadura y lo que BMW denomina “eficiencia sistémica”.
La producción se lleva a cabo en la nueva planta de BMW en Debrecen, Hungría, la primera de la marca en operar completamente sin combustibles fósiles. Una cuarta parte de la electricidad proviene de un parque solar propio, mientras que el resto supuestamente se obtiene de fuentes renovables. El calor de la instalación se genera a partir de energía térmica acumulada gracias al excedente solar. El resultado: apenas 0,1 toneladas de CO₂ por iX3 producido, aproximadamente un tercio de las emisiones de otras fábricas de BMW.