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Wolfrace Sonic

Wolfrace Sonic: el supercoche de seis ruedas y dos V8

Autor auto.pub | Publicado el: 25.11.2025

A primera vista, el Wolfrace Sonic parece el boceto desmedido de algún diseñador que cobró vida por accidente. Sin embargo, este insólito modelo de seis ruedas y doble motor V8 de 1981 vuelve a estar en el centro de atención, ya que su único ejemplar superviviente busca nuevo dueño. El precio oscila entre 105.000 y 157.000 dólares, es decir, entre 97.000 y 145.000 euros, una cifra casi modesta para algo tan exótico. La frase que resume toda la historia es sencilla: un supercoche de seis ruedas.

A principios de los años ochenta, Wolfrace necesitaba un golpe de efecto publicitario. La empresa acababa de lanzar una nueva gama de llantas de aleación y buscaba la forma de atraer todas las miradas. La solución llegó desde un rincón inesperado: recurrieron a Nick Butler, un reputado preparador británico. Butler dibujó una cuña futurista, baja y afilada, digna de un decorado de ciencia ficción, y la construyó sobre un chasis que escondía piezas de Jaguar y Triumph. El resultado recibió el mismo nombre que la llanta promocionada: Sonic.

En el apartado mecánico no hubo límites. Butler instaló dos motores Rover V8 de 3,5 litros, cada uno con unos 200 caballos. Juntos creaban una tracción total poco convencional, ya que cada motor impulsaba un eje distinto. Cómo lograron que ambos propulsores trabajaran en armonía sigue siendo un secreto bien guardado. El habitáculo lucía un despliegue de relojes que recordaba más a un organismo de alta tecnología que a una simple maniobra publicitaria, lo que ayudó a que el público creyera que el Sonic era fruto de noches de ingeniería y no de una tormenta de ideas de marketing.

El Sonic no se limitó a los salones del automóvil. Obtuvo homologación completa para circular por carretera en el Reino Unido y llegó a recorrer kilómetros reales en vías reales.

En los años noventa, el Sonic pasó a manos de un propietario privado. En cierto momento, incluso se ofreció por cerca de un millón de libras. Después, el coche desapareció de la escena durante años y solo ahora ha reaparecido, aunque con un aspecto bastante deteriorado.

El actual propietario compró el Sonic en mal estado y emprendió una ambiciosa restauración. Más de 100.000 libras, unos 118.000 euros, se invirtieron en devolver la vida a la carrocería, los motores y el interior. El avance fue rápido hasta que la vida, como suele ocurrir, se interpuso. El dueño calcula que la restauración está completada en un 80%, pero no puede continuar. Ahora el Sonic se dirige a una subasta de Historic Auctioneers con la esperanza de que alguien devuelva a este peculiar supercoche la dignidad que merece.

Su regreso al mercado es un retrato de la inventiva ochentera, una época en la que los fabricantes buscaban formas cada vez más llamativas de promocionar sus productos. En una era dominada por superdeportivos eléctricos, la idea de montar dos V8 en una sola carrocería parece un mensaje llegado de otro tiempo. Aun así, esta rara máquina de seis ruedas demuestra hasta dónde podían llegar las marcas para llamar la atención. Hoy el Sonic no pretende competir con la tecnología actual. Ofrece una mirada nostálgica a una época en la que las ideas atrevidas podían despegar mucho antes de que una hoja de cálculo las tachara de inviables.