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Mazda Vision X-Coupe

Mazda muestra su doble apuesta futurista en Tokio

Autor auto.pub | Publicado el: 29.10.2025

En el Japan Mobility Show, Mazda sorprendió con dos concept cars que no pasan desapercibidos: el Vision X-Coupe y el Vision X-Compact. El primero fusiona la silueta deportiva de un SUV con un sistema híbrido y el mítico motor rotativo de la marca. El segundo marca el inicio de una era en la que el coche no solo responde, sino que conversa.

Vision X-Coupe: el renacer del espíritu rotativo

El Vision X-Coupe lleva la filosofía de diseño Kodo de Mazda a un terreno inexplorado. Sus superficies fluidas, el capó alargado y la zaga musculosa crean una figura tensa y a la vez natural. La ausencia de luneta trasera refuerza su postura minimalista y decidida.

El interior es un experimento nostálgico. El conductor se encuentra con relojes circulares de inspiración retro enmarcados por pantallas digitales modernas. La mayoría de los mandos se concentran en una única pantalla táctil panorámica, que sustituye los botones tradicionales por una simplicidad elegante.

Bajo la carrocería esculpida se esconde un sistema híbrido que combina un motor eléctrico con el legendario motor rotativo. El conjunto entrega 510 caballos (unos 375 kW). La autonomía en modo eléctrico alcanza los 160 kilómetros, y en modo híbrido llega hasta 800 kilómetros. Mazda no ha confirmado planes de producción, pero el mensaje es claro: este prototipo es un laboratorio para la tecnología híbrida del futuro y una declaración de que el espíritu rotativo sigue vivo.

Vision X-Compact: empatía eléctrica

El segundo concept, el Vision X-Compact, representa la idea más radical de Mazda hasta la fecha. Este hatchback totalmente eléctrico no solo se mueve con motores, sino también con empatía. En su núcleo hay una inteligencia artificial diseñada para comunicarse con el conductor como lo haría un compañero humano.

El sistema utiliza voz y gestos para interactuar, sugerir rutas, ejecutar órdenes e incluso adaptar el estilo de conducción al estado de ánimo del conductor. No hay pantalla central ni botones. Todo sucede a través del diálogo. El diseño es limpio y compacto, con un frontal cerrado y sin salidas de escape, un guiño visual a su tren motriz silencioso y libre de emisiones.

La paradoja Mazda: avanzar con contención

Ambos conceptos revelan la visión de Mazda sobre su papel en la movilidad del futuro. El X-Coupe lleva el legado mecánico y la pasión por conducir hacia adelante, mientras que el X-Compact abre la puerta a la empatía digital, donde el coche se convierte en compañero y no solo en herramienta.

Mazda se mantiene fiel a su naturaleza paradójica: un conservador tecnológico que se reinventa justo cuando la industria cree que ya no queda nada por inventar.

Si estos dos concepts marcan el camino, dejan claro algo por encima de todo. Mazda sigue creyendo que un coche debe ser más que una máquina. Debe ser un socio con alma, aunque esa alma funcione con electricidad.