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China redefine su estrategia ante la guerra de los coches eléctricos

Autor auto.pub | Publicado el: 29.10.2025

El gobierno chino está reescribiendo su hoja de ruta económica tras ver cómo el auge de los vehículos eléctricos pasó de ser un caso de éxito a un campo de batalla saturado. En el nuevo plan quinquenal para 2026–2030, los coches eléctricos ya no figuran entre los sectores estratégicos de desarrollo de Pekín. Por primera vez en más de una década, la industria que fue máxima prioridad queda fuera del núcleo de intereses nacionales.

Hace apenas unos años, miles de millones de dólares en subsidios e incentivos impulsaron la producción de vehículos eléctricos en China, alimentando un crecimiento vertiginoso y una posición dominante a nivel global. El país se convirtió en el mayor mercado de coches eléctricos del mundo, pero también en el más despiadado. Cientos de fabricantes compiten a la baja en guerras de precios sin tregua. Los márgenes de beneficio han desaparecido y muchas empresas pequeñas ya están quedando fuera del juego.

Pekín ha dejado de ver la situación como una ventaja estratégica y la percibe ahora como un riesgo sistémico. Cuando los nuevos modelos salen de las líneas de producción más rápido de lo que los clientes pueden comprarlos, todo el sector amenaza con colapsar por su propio peso. Por eso, el gobierno está redirigiendo su atención hacia áreas donde aún ve potencial de crecimiento: manufactura de alta tecnología, inteligencia artificial y materiales avanzados.

Los eléctricos se quedan, pero sin red de seguridad

Esto no significa que los coches eléctricos vayan a desaparecer del panorama económico chino. Pero los fabricantes tendrán que valerse por sí mismos, sin el colchón protector del Estado. Gigantes como BYD y Nio deberán demostrar que pueden expandirse de forma rentable sin subsidios y mantener su liderazgo en los mercados globales.

Las marcas extranjeras como Tesla afrontan la misma realidad. Con menos incentivos y una competencia local más feroz, China podría perder parte de su atractivo como motor de crecimiento, aunque siga siendo el epicentro mundial de la producción de vehículos eléctricos.

De la velocidad a la sustancia

La decisión de China refleja un mercado que ha madurado más rápido de lo previsto. Los coches eléctricos ya no necesitan tutela, sino el baño de realidad de la competencia abierta. Pekín ahora apuesta por sectores donde el progreso se mide no en baterías vendidas, sino en avances tecnológicos tangibles.

En cierto modo, el país levanta el pie del acelerador precisamente por su propio éxito, buscando que el próximo salto sea más deliberado y no simplemente más rápido.