
La Última Tragedia Vial en Letonia: “Pero Creí que Llegaba”
El escenario del tráfico letón nos regala otra magistral lección de ilusión y drama, una escena titulada con la confianza perfecta y condenada: “Pero creí que llegaba”. Un coche blanco inicia un adelantamiento a un camión, ve venir un vehículo de frente y —demostrando una prudencia poco habitual por estos lares— decide abortar la maniobra. Es entonces cuando entra en juego un Audi negro que venía detrás, conducido por alguien para quien la física, la paciencia y los demás son totalmente opcionales. Intenta adelantar tanto al camión como al coche blanco, aparentemente sorprendido de que el blanco siga en su camino. De algún modo, los frenos respondieron. O al menos, dieron esa impresión.
La sección de comentarios estalló como el asfalto en primavera: agrietada, caótica e imposible de arreglar. Unos culparon al coche blanco: ¿quién se atreve a frenar en 2025? Otros culparon al Audi negro porque, por supuesto. Un tercer grupo condenó la mera idea de publicar vídeos de tráfico, mientras un cuarto lo despachó todo con un “yo voy a 140 igual porque tengo prisa”.
Nadie murió. No hubo chapa doblada. Pero el daño al ego humano fue irreparable. Y si alguien aún se pregunta por qué suben las primas del seguro, aquí tiene la respuesta: retransmitido en directo, lleno de adrenalina, instinto temerario y con el volante girando sin el permiso del cerebro.