
Navegando hacia la ciencia ficción: el SP80 impulsado por cometa busca el récord de 80 nudos
El SP80 no es un velero convencional. Con una silueta que recuerda más a una nave espacial y una cometa-ala inspirada directamente en el parapente, no se desliza sobre el agua: la atraviesa como un pez volador decidido a cumplir una misión. Su objetivo: convertirse en la embarcación a vela más rápida del mundo.
En el mundo de la velocidad a vela, las reglas son claras: solo se permite energía eólica, debe haber al menos una persona a bordo y el récord se mide en un tramo de 500 metros. Así lo establece el World Sailing Speed Record Council, y el SP80 entra en juego con una ambición feroz.
Este trimarán futurista—con tres cascos, dos para la estabilidad y uno central para soportar la carga—parece salido más de una película de Star Wars que de un club náutico. El casco principal alberga al piloto y controla la gran cometa superior, mientras que los flotadores laterales proporcionan el equilibrio necesario. Cuanto menos casco toca el agua, menor es la resistencia: un principio que bien podría aplicarse en un box de Fórmula 1.
La cometa es una fusión exótica entre la vela y la tecnología del parapente, fabricada con materiales normalmente reservados para paracaídas y equipos ultraligeros. Está diseñada para maximizar la velocidad, el control y el equilibrio aerodinámico, con tamaños intercambiables en función del viento.
Para superar—no solo rozar—la barrera de los 80 nudos (más de 148 km/h), el SP80 confía en un hidroala que hace mucho más que elevar el barco. Resiste la cavitación y mantiene la estabilidad a velocidades de vértigo. Mientras la mayoría de los foils pierden adherencia a unos 100 km/h, como un neumático gastado en asfalto mojado, el foil del SP80 parece bailar sobre el agua, manteniendo la embarcación sujeta incluso cuando la cometa tira como una bestia mitológica.
Las pruebas ya se están realizando en la costa del sur de Francia, donde el mar es plano y el viento sopla limpio desde tierra—ideal para ensayos de velocidad en línea recta y estilo dragster. El récord a batir: los 65,45 nudos (121 km/h) que Paul Larsen logró en 2012 a bordo del Vestas Sailrocket 2 en Namibia.
El equipo del SP80 espera alcanzar su meta de 80 nudos antes de que termine 2025. Pero no piensan guardar sus cometas ni velas después de eso. La tecnología que están perfeccionando podría abrir nuevas vías en energía hidroeléctrica, transporte marítimo comercial y regatas de alto rendimiento.