















Shelby Super Snake-R: La realeza de los circuitos renace
Si pensabas que el Shelby Super Snake ya había alcanzado su punto máximo de evolución, es momento de replantearlo. Shelby American acaba de presentar su creación más feroz hasta la fecha: el Super Snake-R. No se trata de otro Mustang modificado para la velocidad, sino de una máquina concebida específicamente para el circuito, desarrollada con una obsesión absoluta por el rendimiento, el equilibrio y la adherencia extrema.
Su debut tuvo lugar en la Monterey Car Week de California, donde el Super Snake-R fue presentado como el deportivo más agresivo en la historia de Shelby. Aunque comparte plataforma con el Ford Mustang Dark Horse, ahí terminan prácticamente las similitudes. Este modelo nació con un único objetivo: dominar la pista, gracias a una serie de mejoras especializadas que lo sitúan muy por encima de cualquier Shelby homologado para carretera.
En el corazón del Super Snake-R se encuentra un motor V8 Coyote de 5,0 litros, asociado a un supercargador Whipple de 3,0 litros. En colaboración con BlueTech Global, este conjunto ha sido ajustado para superar los 850 caballos de potencia. No solo supera al Super Snake estándar, sino que también responde con mayor rapidez y muestra una agilidad notable en cada curva.
Las opciones de transmisión incluyen una caja manual Tremec TR-3160 de seis velocidades o una automática de diez relaciones, ambas capaces de canalizar toda esa potencia con precisión sobre el asfalto. La suspensión, completamente ajustable, ha sido desarrollada a medida para ofrecer una conducción más firme pero equilibrada. Las mejoras aerodinámicas, desde nuevos faldones laterales y un alerón trasero de mayor tamaño hasta paneles de carrocería aligerados, persiguen un único fin: la estabilidad a alta velocidad.
Las llantas, forjadas en una sola pieza de magnesio y de 20 pulgadas, montan neumáticos Michelin de 335 mm de ancho. Tras ellas, se esconden sistemas de frenos de alto rendimiento capaces de detener esta bestia con aplomo y seguridad. Elementos de fibra de carbono, un capó de aluminio y otros materiales ligeros ayudan a contener el peso, aunque la báscula marca finalmente 1.816 kilogramos.
El interior mantiene la misma filosofía orientada al propósito. No hay asiento trasero y todo está pensado para la función. Los asientos lucen bordados con el logotipo Super Snake-R, el acabado en Alcantara predomina, las alfombrillas llevan costuras exclusivas y el pomo del cambio es específico, creando un ambiente de agresividad refinada. Desde cualquier ángulo, el habitáculo transmite una determinación inquebrantable.
Vince LaViolette, jefe de diseño de Shelby, calificó el desarrollo de la nueva suspensión como un momento decisivo. Afirma que es el sistema más robusto y equilibrado jamás instalado en un Super Snake, y que todo el coche ha sido concebido priorizando la reducción de peso y el equilibrio ideal.
En definitiva, el Shelby Super Snake-R no ha sido creado solo para ir rápido. Ha nacido para reinar en el circuito. Es un coche que no pide atención, la exige. Y una vez al volante, resulta imposible confundirlo con cualquier otro que no sea un auténtico Shelby.