









Range Rover Sport Fintail: Un Proyecto de Vanidad en Medio de la Tormenta
El último prototipo surgido del Range Rover Sport pretende transmitir la idea de que algo realmente innovador ha tomado forma. Racing Green Automotive, junto con Kahn Design, quiere convencer al mundo de que el Fintail es mucho más que un simple kit de carrocería: lo presentan como una auténtica plataforma de pruebas para ingeniería y diseño.
El comunicado de prensa recurre a conceptos como el "Ground Effect Pack", que incluye un pronunciado splitter frontal, faldones laterales ensanchados y un difusor trasero de triple aleta. Aunque los detalles inspirados en la aviación resultan llamativos en el papel, su eficacia aerodinámica en el tráfico urbano es, cuanto menos, cuestionable. Las afirmaciones sobre "aerodinámica activa" suenan más convincentes en el departamento de marketing que en un archivo CAD de ingeniería.
Los pasos de rueda sobredimensionados insinúan músculo y dinamismo, pero aportan poco que no hayamos visto ya en innumerables SUV personalizados. La promesa de que estos elementos sirven tanto a motorizaciones térmicas como híbridas parece más una obligación básica que una muestra de ingenio técnico.
El doble alerón trasero y las guías de aire en el techo añaden un toque teatral, aunque su capacidad para generar carga aerodinámica real es prácticamente nula.
Las tomas de aire y los estabilizadores verticales, supuestamente inspirados en el caza F-35, aportan dramatismo al frontal, pero actúan más como un decorado que como recursos aerodinámicos efectivos. Si el objetivo era lograr la precisión de Savile Row, el proyecto habría necesitado menos pose y más propósito.
Cierto es que se ha recurrido a mecanizado CNC, modelado en CAD y simulaciones digitales de túnel de viento. Sin embargo, como ocurre a menudo, disponer de herramientas costosas no basta para salvar un planteamiento difuso. El discurso de "aeroespacial y automovilismo" resulta más aspiracional que un verdadero paso adelante en el diseño automovilístico.
Con una producción limitada, ya se anuncia como pieza de coleccionista. Como suele suceder en estos casos, el valor del coche dependerá menos de lo que realmente puede hacer y más de la rapidez con la que se forme un grupo convencido de haber adquirido algo exclusivo.