



El Praga Bohema destroza el récord de vuelta en Top Gear con el ex Stig al volante
La República Checa no solo es famosa por su cerveza y los Škoda. El Praga Bohema, un misil de fibra de carbono con 700 caballos de potencia, ha arrasado en el circuito de pruebas de Top Gear con un tiempo de 1:09,84, superando a gigantes como el Koenigsegg Jesko Attack, el Ferrari SF90 Stradale y el Porsche 911 GT2 RS. Y lo ha hecho sin recurrir a tecnología híbrida: pura potencia de combustión interna.
Al volante se encontraba nada menos que Ben Collins, el antiguo Stig y un auténtico experto en el trazado de Dunsfold. Con neumáticos de calle y sin configuraciones especiales, consiguió el tercer mejor tiempo de la historia en ese circuito. Solo el híbrido bestial Aston Martin Valkyrie, con sus 1.140 caballos, fue más rápido, y apenas por 0,14 segundos.
¿Qué convierte al Bohema en una máquina tan eficaz en pista? Para empezar, pesa menos de 1.000 kilos, más o menos lo que un caballo de tamaño medio. Su motor V6 biturbo de 3,8 litros, procedente del Nissan GT-R y optimizado por Litchfield Engineering en Reino Unido, entrega 700 caballos y 725 Nm de par. Cuenta con un sistema de cárter seco, que permite bajar el centro de gravedad y asegura la lubricación a altas revoluciones. El escape de titanio, además de sonar espectacular, contribuye a aligerar el conjunto.
La potencia se transmite a las ruedas traseras mediante una caja secuencial Hewland de seis marchas, equipada con un embrague robotizado que permite un modo de conducción semiautomático. Así, el Bohema acelera de 0 a 100 km/h en solo 2,3 segundos y supera los 300 km/h sin esfuerzo.
Pero el verdadero as bajo la manga del Bohema reside en su aerodinámica. A 250 km/h, genera 900 kg de carga aerodinámica, casi igualando su propio peso. Eso lo mantiene pegado al asfalto y le otorga un agarre y una estabilidad sorprendentes en curva.
Praga fabricará únicamente 89 unidades del Bohema, en honor al 89º aniversario de la marca. Las primeras entregas comenzaron a finales de 2024 y otras tres están previstas para el Goodwood Festival of Speed de este año. ¿El precio? En torno a 1,3 millones de euros. Pero, teniendo en cuenta que supera a los híbridos más avanzados, quizás no sea tan descabellado.
El Bohema demuestra que la combustión interna pura aún tiene mucho que decir. Es un prototipo de Le Mans matriculable, con toda la emoción de la conducción concentrada en cada kilómetro. Si Chequia nos regaló la Pilsner, ahora llega algo que quizá sea aún mejor.