Cuando una idea salvaje se encuentra con un soldador: nace una bestia diésel de tres ruedas
Un grupo de mecánicos estadounidenses ha logrado algo realmente insólito: un monstruo de tres ruedas en el que el conductor se sienta literalmente dentro de una rueda de tractor. No se trata de otro experimento improvisado en un garaje, sino de una rareza rodante que ya circula por sus propios medios.
Los creadores, el equipo Grind Hard Plumbing Co de Idaho, son conocidos por sus extravagantes hazañas de ingeniería, pero este proyecto va aún más lejos. Su última máquina es un triciclo diésel cuyo piloto ocupa el hueco central de una enorme rueda delantera de tractor. Para habilitar el puesto de conducción, desmontaron todos los componentes internos de la rueda y la readaptaron como cabina de mando.
El chasis, fabricado a mano con tubos soldados, está diseñado para soportar todo tipo de castigos. Las tres ruedas —dos traseras y la gigantesca delantera— reciben tracción, lo que otorga a la máquina una sorprendente capacidad de agarre. La dirección se gestiona mediante un complejo sistema de bieletas, donde un volante convencional se conecta a articulaciones hechas a medida en el bastidor.
Como ocurre en muchos proyectos únicos, el equipo reutilizó piezas de otros vehículos. La parte trasera del bastidor procede de un Humvee militar, mientras que el motor es un fiable cuatro cilindros turbodiésel de Volkswagen. La máquina ya se desplaza por sí sola, aunque aún quedan trabajos de ajuste y acabado.
En esencia, es a partes iguales experimento de ingeniería, instalación artística y desafío mecánico. Si algo ha demostrado este equipo, es que las ideas más extrañas pueden cobrar vida con suficiente soldadura, par motor e imaginación tenaz.