Los hombres pagan el doble en multas de radar
Un estudio reciente ha sacudido los supuestos sobre quién realmente vacía su cartera cuando salta un radar de velocidad. Las cifras apuntan en una sola dirección. En el Reino Unido, los hombres pagan multas de velocidad mucho más altas que las mujeres. Y no solo más altas, sino casi dos veces y media más.
La investigación fue encargada por OOONO, una empresa que desarrolla dispositivos de seguridad vial. En los últimos doce meses, los conductores masculinos pagaron una media de 804 libras, unos 940 euros. Las mujeres desembolsaron 324 libras en el mismo periodo, aproximadamente 379 euros. La diferencia es abismal. Más llamativo aún, el 21 por ciento de los hombres admitió que sus multas superaron las 1 000 libras, es decir, unos 1 170 euros. Solo el 3 por ciento de las mujeres sufrió un golpe similar en su presupuesto.
OOONO concluye que la causa de esta brecha es el comportamiento, no el sistema. Sus datos muestran un patrón que se repite con inquietante regularidad. Los hombres consultan el móvil al volante con más frecuencia, un 43 por ciento frente al 26 por ciento de las mujeres. El 36 por ciento de los hombres se distrae con los sistemas de entretenimiento del coche, mientras que solo el 15 por ciento de las mujeres reconoce lo mismo.
Las multas afectan más a las finanzas mensuales de los hombres: el 35 por ciento afirma que una sanción desajustó su presupuesto. Entre las mujeres, la cifra baja al 24 por ciento.
Las consecuencias van más allá. El 18 por ciento de los hombres dejó de pagar un préstamo tras recibir una multa, frente al 8 por ciento de las mujeres. El 10 por ciento de los hombres tuvo que pedir dinero prestado para cubrir el coste, mientras que entre las mujeres solo fue el 3 por ciento.
Los hombres también reportan más distracciones por pasajeros traseros y avisos del navegador. Las mujeres, en cambio, se ven más afectadas por el deslumbramiento de los faros y sienten mayor incomodidad al conducir de noche o con lluvia y nieve.
Detrás de las estadísticas se esconde un viejo conocido: el exceso de confianza. Los hombres tienden a conducir más rápido y su percepción del riesgo suele desvanecerse justo cuando más atención se requiere.
En la encuesta más amplia, el 81 por ciento de los conductores británicos quiere un dispositivo que avise de radares y peligros sin depender de una pantalla. Muchos creen que las pantallas distraen más de lo que ayudan.
Las conclusiones de OOONO coinciden con la tendencia europea de seguridad vial, que apuesta por soluciones sencillas y sin pantallas. Al mismo tiempo, los resultados subrayan una verdad antigua: el comportamiento arriesgado nace más de la cultura que de la tecnología. Y dejan una pregunta abierta: ¿podrá algún dispositivo domar ese pie derecho tan confiado?
