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¿Cuarenta y cinco minutos de Londres a Nueva York? Este avión quiere romper la barrera del cielo en silencio

Author: auto.pub | Published on: 02.06.2025

Hoy en día, no existe ningún avión comercial supersónico que transporte pasajeros. Ni uno solo. Dos ambiciosos proyectos continúan intentando ganar impulso, pero los vuelos reales siguen estando a años de distancia. Ahora surge en el horizonte el A-HyM, una aeronave conceptual que promete cruzar el Atlántico en menos tiempo del que se tarda en comer. El diseñador aeroespacial español Óscar Viñals ha presentado recientemente este proyecto: un reactor capaz de volar a Mach 7,3, es decir, más de 9.000 kilómetros por hora, transportando a 170 pasajeros a una altitud de 30 kilómetros, muy por encima de donde aparecen las nubes.

El A-HyM no es simplemente otro tubo rápido con alas. Se trata de una máquina repleta de tecnologías que parecen sacadas de la ciencia ficción más que de la aviación comercial. Funciona con hidrógeno, posicionándose como la estrella ecológica de la estratosfera. Su sistema de propulsión combina turbofan, estatorreactor y motores de detonación rotativa en un híbrido capaz de gestionar desde el despegue hasta la velocidad hipersónica.

Según se informa, es capaz de alcanzar esta velocidad sin el ensordecedor estampido sónico. El A-HyM está diseñado para silenciar su propio rugido, una característica revolucionaria que podría permitir a los futuros jets cruzar zonas densamente pobladas sin romper ventanas ni sobresaltar a la gente.

Los materiales empleados ya son motivo de entusiasmo para los editores científicos: titanio, fibra de carbono, compuestos cerámicos de alta temperatura y, por supuesto, grafeno. El fuselaje alcanzará más de 1.000 grados Celsius durante el vuelo, pero el A-HyM está preparado para soportar el calor como un español enfrentándose a un pimiento picante.

La experiencia de los pasajeros promete ser igual de innovadora. El A-HyM ofrecerá pantallas panorámicas virtuales que mostrarán imágenes en tiempo real, entretenimiento y datos del vuelo. Tampoco habrá ventanas en la cabina de mando; los pilotos se guiarán mediante hologramas y realidad aumentada. Será menos volar en avión y más viajar dentro de un videojuego.