El boom eléctrico europeo acelera en 2025, pero la recarga se queda corta
El mercado de coches eléctricos en Europa está a punto de dispararse a un ritmo récord en 2025, pero persiste un cuello de botella preocupante: la infraestructura de recarga sigue siendo insuficiente. Actualmente, solo hay un cargador público por cada 13 vehículos eléctricos, cuando los analistas consideran que lo ideal sería uno por cada dos o tres. Un nuevo informe de TradingPedia revela un panorama mixto para la electrificación europea, marcado por un crecimiento vertiginoso, contrastes regionales y una presión creciente sobre la infraestructura.
TradingPedia analizó los datos de matriculaciones de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) correspondientes a enero-septiembre de 2024 y 2025. Los resultados dejan claro quién manda: Alemania y Reino Unido lideran con 599.962 y 522.053 vehículos eléctricos vendidos respectivamente, sumando tanto modelos 100% eléctricos (BEV) como híbridos enchufables (PHEV).
Noruega, pese a presumir del mayor porcentaje de eléctricos en Europa —más del 96% de todos los coches nuevos—, solo ocupa el octavo puesto en ventas absolutas, reflejo de un mercado pequeño pero casi totalmente electrificado. Suecia se sitúa justo por delante, demostrando que cuota de mercado y volumen total no siempre van de la mano.
Los BEV crecen un 25%, los PHEV un 32%
En toda Europa, las matriculaciones de eléctricos puros subieron un 25,4% hasta 1,8 millones de unidades, mientras que los híbridos enchufables se dispararon un 32% superando los 918.500. Los híbridos convencionales (HEV) siguen dominando el conjunto, con 3,45 millones de nuevas matriculaciones, casi igualando la suma de los modelos de gasolina (2,7 millones) y diésel (0,8 millones).
Alemania registró el mayor crecimiento, sumando 382.202 nuevos BEV (+38,3%) y 217.760 PHEV (+63,9%). En Reino Unido, las ventas de BEV subieron un 29,5% hasta 349.414, mientras que los PHEV crecieron un 38,2% hasta 172.639.
Francia y España muestran realidades opuestas. España casi duplicó las ventas de BEV hasta 72.062 y más que duplicó las de PHEV hasta 86.681. Francia, en cambio, sufrió una caída del 26,8% en híbridos enchufables, quedándose en 72.537. Países Bajos parece haber tocado techo, con un crecimiento que se estabiliza tras años de expansión acelerada.
En conjunto, las matriculaciones de eléctricos en Europa subieron un 15%, pero el verdadero motor fueron los híbridos enchufables (+40,5%). Los eléctricos puros crecieron un modesto 3,9%, mientras que los híbridos convencionales cayeron un 6%.
El norte sigue mandando en cuota de mercado
En penetración de mercado, los países nórdicos siguen siendo inalcanzables. Noruega lidera con un 96,8% de coches nuevos eléctricos, seguida de Dinamarca (68,7%), Suecia (62%) y Finlandia (56,6%). Estas cifras demuestran la eficacia de los incentivos fiscales y políticas pro-eléctricos para acelerar la transición.
Sin embargo, los mayores saltos se dieron en mercados pequeños. Letonia, Lituania y Polonia duplicaron su parque eléctrico respecto a 2024. Las ventas en Letonia crecieron un 141,5%, en Lituania un 114,1% y en Polonia un 102,1%. Como señala TradingPedia, "estos países demuestran que incluso los mercados modestos pueden lograr crecimientos excepcionales con las políticas e incentivos adecuados".
El gran agujero: la infraestructura
El analista de TradingPedia, Michael Fisher, describe la transición eléctrica europea como "un mercado a dos velocidades". Las regiones maduras como Alemania y Reino Unido siguen sumando grandes volúmenes, mientras que Europa Central y del Este crece a ritmo récord. Sin embargo, advierte que "la persistente escasez de puntos de recarga y la desconfianza del consumidor frenan la adopción masiva de los BEV puros".
Hoy, Europa cuenta con un punto de recarga público por cada 13 eléctricos. Para mantener el ritmo, esa proporción debe mejorar drásticamente. La próxima fase dependerá menos de las subvenciones y más de la disponibilidad de cargadores, la mejora de la autonomía y la inversión en infraestructura, especialmente en los mercados emergentes.
Una transición a dos velocidades
La revolución eléctrica europea no da señales de agotamiento, pero sigue siendo desigual. En Occidente, la comodidad y el acceso a la recarga ya dictan las ventas, mientras que el Este aún va a remolque. El desenlace dependerá de la rapidez con la que se desplieguen cargadores ultrarrápidos y de la capacidad de los gobiernos para coordinar sus políticas.
Si Europa lo consigue, sus objetivos de electrificación para 2030 podrían estar al alcance. Si no, el continente corre el riesgo de recaer en lo que un analista llama "la inercia persistente del buen viejo diésel".