
El avión de Putin repostó en Alaska pagando en efectivo como un capo mafioso
La imagen habitual de una delegación diplomática suele evocar trajes impecables, discursos formales y el desliz discreto de tarjetas exclusivas en la recepción de un hotel. Sin embargo, para quienes viajan en nombre de Vladímir Putin, llegar a Estados Unidos implica recurrir a algo mucho menos sofisticado: fajos de billetes estadounidenses recién sacados del maletín.
Según el senador estadounidense Marco Rubio, cuando un avión ruso aterrizó en Alaska solo pudo repostar bajo una condición: pago en efectivo por adelantado. Unos 85.000 dólares entregados en el acto, como si la comitiva del Kremlin estuviera saldando deudas con un prestamista de Las Vegas.
¿Tarjetas de crédito? ¿Transferencias bancarias? Imposible. Todos los canales están bloqueados. Así que, cuando Moscú necesita llenar el depósito de su buque insignia aéreo, debe actuar como un delincuente de los años noventa: dinero sobre la mesa y sin demora.