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Botón de pánico: La mayor naviera de EE. UU. se niega a transportar coches eléctricos

Author: auto.pub | Published on: 05.08.2025

Hace poco, los vehículos eléctricos eran vistos como los salvadores del planeta, la única vía posible hacia el futuro. Ahora esa visión se resquebraja bruscamente. Sin rodeos ni eufemismos, Matson, uno de los mayores conglomerados navieros de Estados Unidos, ha anunciado que dejará de transportar vehículos eléctricos o híbridos. La razón: el riesgo de incendio. Más concretamente, un incendio tóxico, incontrolable y capaz de reavivarse, cortesía de las baterías de iones de litio.

La decisión llega tras otro desastre. El buque Morning Midas se incendió, ardió y terminó hundiéndose. No ha sido el primero, y probablemente no será el último. En 2022 sucedió con el Felicity Ace. Un año después, el Fremantle Highway. Estos incendios no se pueden extinguir. Las baterías pueden reavivarse días después. Por si fuera poco, liberan gases letales que convierten los rescates en un espectáculo grotesco.

Algunas ciudades alemanas ya han prohibido los vehículos eléctricos en aparcamientos subterráneos. Una naviera noruega ha ido más allá: no permite vehículos eléctricos ni híbridos a bordo. El tiempo del optimismo ciego ha terminado.

El mercado también empieza a recular. General Motors ha dejado discretamente de lado su ambicioso plan para eliminar los motores de combustión interna en 2035. Ford, Volkswagen e incluso Mercedes, antaño estandarte del marketing ecológico, parecen mirar de reojo a la combustión.

En Estados Unidos, los incentivos federales para coches eléctricos expiran el 30 de septiembre. Miles de euros en ayudas a la compra de vehículos nuevos y usados desaparecerán. Y los consumidores tendrán que afrontar una realidad incómoda: la revolución prometida fue, en gran parte, una maniobra de marketing. Los "cementerios verdes" de China se llenan de coches sin vender. Al mercado no le interesan las utopías, sino la tecnología que funciona.

Ha llegado el momento de decirlo claramente: el mundo no estaba preparado. Y quizá ni siquiera sea necesario que lo esté.