Volvo viste el XC90 de negro: ¿una declaración auténtica o solo un truco estético?

Volvo Cars ha anunciado que su renovado XC90, tanto en versión híbrida enchufable como híbrida ligera, estará disponible ahora con el acabado Black Edition. Fiel a su denominación, esto implica una profusión de detalles en negro brillante: insignias, parrilla, llantas y emblemas lucen el mismo tono profundo. En el interior, los clientes pueden elegir entre dos ambientes completamente negros, donde solo un discreto adorno de aluminio con patrón rompe la oscuridad.

A diferencia de versiones anteriores, en las que Black Edition solo significaba pintura Onyx Black, ahora los compradores pueden optar también por Crystal White, Denim Blue o Vapour Grey. Como es habitual, el comunicado de prensa recurre al diseño escandinavo y a la presencia segura, lo que en términos sencillos se traduce en el mismo XC90 vestido con un aire más sigiloso.

Con la llegada del XC90, la familia Black Edition suma ya cinco modelos: el XC60, los eléctricos EX40 y EC40, el compacto XC40 y próximamente el EX30. La estrategia resulta evidente. Black Edition se ha convertido en una fórmula directa para impulsar las ventas, una manera de renovar modelos conocidos con un toque de novedad.

Conviene recordar que el XC90 ya recibió una actualización importante en 2024, con un diseño renovado, nueva tecnología y el habitual énfasis en la seguridad. El tratamiento Black Edition no hace que el coche sea más seguro ni eficiente, pero sí ofrece a Volvo un nuevo motivo para destacar el modelo en su discurso comercial.

Volvo sigue presentando sus híbridos enchufables como un puente hacia un futuro totalmente eléctrico. Mientras tanto, una paleta más oscura y detalles brillantes permiten mantener el protagonismo del buque insignia sin aportar cambios de fondo.