Polestar 5 debuta en Gran Turismo 7: realismo sueco virtual
El buque insignia eléctrico de Polestar, el Polestar 5, aterriza en Gran Turismo 7 para PlayStation. El modelo se presentó durante el evento GT World Series en Los Ángeles y, a partir de diciembre, los jugadores podrán conducirlo en el juego gracias a una actualización gratuita.
La colaboración entre Polestar y Polyphony Digital, el estudio de Sony responsable de Gran Turismo, fue mucho más allá de una simple licencia. Ambos equipos compartieron datos de ingeniería y abrieron sus laboratorios de desarrollo para que el Polestar 5 virtual replicara el comportamiento del coche real con una precisión obsesiva, hasta el último centímetro y milisegundo.
Para evitar que la simulación se quedara en una fría hoja de números, el piloto profesional y campeón de Gran Turismo Igor Fraga se sumó al proyecto. Probó prototipos del Polestar 5 en Suecia y después en el circuito de Brands Hatch, en Inglaterra. Con sus impresiones y la telemetría de los ingenieros, los desarrolladores lograron un modelo digital cuyos tiempos de vuelta, tanto en el juego como en la vida real, son comparables, siempre que el conductor esté a la altura.
Joakim Rydholm, jefe de desarrollo de chasis en Polestar, definió el ajuste digital como una cuestión de principios. “Queríamos que la versión del juego se sintiera lo más auténtica posible. Ahora los jugadores de GT experimentarán la misma sensación que ofrece el Polestar 5 real”.
La actualización también traerá el Polestar Time Trial, un evento especial donde el jugador más rápido ganará un viaje a Fukuoka, Japón, para la final de la Gran Turismo World Series 2025. Además, se estrenará un breve documental sobre la colaboración en el canal de YouTube de Polestar, coincidiendo con el inicio de la competición.
La saga Gran Turismo es considerada desde hace años como uno de los simuladores de conducción más precisos, con más de 100 millones de copias vendidas. La llegada de Polestar a este universo virtual tiene un peso simbólico: demuestra que el rendimiento eléctrico ya no es una promesa futurista, sino una realidad tangible, tanto en el asfalto como en la pantalla.
El Polestar 5 digital no huele a cuero nuevo ni vibra al acelerar, pero quizá consiga que toda una generación se pregunte cómo se sentiría la ingeniería sueca si viviera dentro de su consola.