Mansory desata el Venatus SE en Mónaco: cuando el exceso nunca es suficiente

Esta es la llamada Launch Edition, limitada a solo siete unidades en todo el mundo. Bajo el capó se encuentra un V8 biturbo combinado con una ECU modificada y un escape de triple salida, que eleva la potencia de los ya contundentes 800 caballos de fábrica hasta unos desmesurados 1.100. Las cifras resultan tan teatrales como el propio coche: acelera de 0 a 100 km/h en 2,8 segundos y alcanza una velocidad máxima de 332 km/h. Impresionante sobre el papel, aunque en el tráfico intermitente de Mónaco resulta tan útil como llevar un remo de una lancha a un superyate.

El diseño es Mansory en estado puro, y aún más allá. Capó de fibra de carbono, un prominente splitter delantero, doble alerón trasero y llantas de 24 pulgadas que convierten incluso los mejores neumáticos deportivos en una broma. En el interior, ningún capricho queda sin respuesta: los anclajes de los cinturones pueden llevar logotipos en relieve, el botón de arranque puede trasladarse al techo y prácticamente cualquier superficie se puede personalizar al gusto. La discreción no tiene cabida aquí.

El Venatus SE es menos un SUV que una declaración rodante, concebida para amplificar la ostentación más que la aerodinámica. La velocidad y la ingeniería quedan casi en segundo plano frente al espectáculo. Para la selecta clientela de Mansory, ese es precisamente el objetivo: no se trata de buen gusto, sino de asegurarse de que nadie a la vista te confunda con alguien corriente. Si eso roza la parodia o no, queda a juicio de cada transeúnte.