Lexus resucita el LFA: mismo perfil, nueva era
Lexus presentó un renovado concepto LFA durante la exhibición GR GT de Toyota. El discurso prometía el regreso de una leyenda, pero la realidad fue más contenida: la silueta ya había debutado públicamente bajo el nombre Lexus Sport. Esta vez, la marca simplemente le dio un nuevo traje y lo orientó hacia un futuro eléctrico.
El nuevo concepto eléctrico de Lexus evita caer en guiños retro evidentes, aunque reconoce al LFA original con una confianza palpable. La silueta mantiene ese perfil afilado tan característico. Las tomas de aire, situadas justo detrás de los asientos delanteros, captan la atención de inmediato. Las delgadas salidas de ventilación sobre el capó evocan el inconfundible patrón de respiración del antiguo deportivo.
El habitáculo sigue la misma filosofía. Una consola central descendente separa al conductor y al pasajero con autoridad, creando un interior que privilegia la concentración sobre la ostentación. Nada parece nostalgia accidental. Lexus parece estar probando hasta dónde puede estirarse la reputación del LFA en una era dominada por la electricidad y el aluminio.
La marca confirmó que este nuevo LFA utiliza la misma plataforma y chasis de aluminio que el Toyota GR GT. La distancia entre ejes también coincide: 2725 milímetros. Este detalle acerca ligeramente el concepto a la realidad, aunque la mayor parte sigue envuelta en la niebla del desarrollo temprano.
Lexus presentó el coche como un superdeportivo totalmente eléctrico y lo describió como un estudio sobre el futuro de los deportivos en un mundo más ecológico. No hubo cifras técnicas, al menos ninguna que fuera más allá de lo que permite una cinta métrica.
El nuevo LFA parece apuntar a un nicho construido sobre la reputación más que sobre el rendimiento puro. Los analistas podrían verlo como un intento de inyectar emoción en un segmento donde demasiados rivales solo confían en los kilovatios.
Por ahora, la narrativa es la de una marca de lujo buscando su lugar en la vanguardia del rendimiento eléctrico. Si el LFA llega a producción, podría convertirse en el referente contra el que se midan otros buques insignia eléctricos. Hasta entonces, queda una expectación latente, que le sienta bastante bien a un coche como este.
