BMW Z4 Final Edition: despedida con clase para el roadster
Se cierra otro capítulo en la historia de BMW. El Z4, ese modelo que hace dos décadas revitalizó el espíritu deportivo de la marca, recibe su adiós oficial. Múnich ha optado por el sobrio nombre Final Edition, un gesto de gratitud y una señal discreta de que la última luz verde en la línea de producción se encenderá en marzo de 2026.
Los diseñadores han apostado por un color llamado Frozen Matt Black, que aporta un contraste profundo y casi teatral a la silueta clásica del roadster. Para quienes prefieran algo más tradicional, la paleta habitual sigue disponible, ya que este acabado especial no supone un coste adicional. Detalles en negro brillante, pinzas de freno M Sport en rojo, costuras rojas en el habitáculo y un volante de Alcantara firmado por la división M refuerzan la sensación de que este coche está listo para salir a escena hasta el último minuto.
La Final Edition no obliga a elegir una configuración mecánica concreta. El cliente puede combinar el paquete tanto con el motor turbo de cuatro cilindros y dos litros como con el seis en línea de tres litros y 340 caballos. BMW suele cobrar 4.200 euros por este conjunto. En la versión básica, el precio sube a 7.400 euros porque incluye de serie el paquete M Sport, que en los acabados superiores ya es estándar.
El Z4 debutó en 2002 como sucesor del Z3, aquel modelo noventero pensado para quienes buscaban puro hedonismo al volante. El Z4 ofreció un comportamiento más preciso y una silueta más madura, aunque mantuvo intacta la esencia. Un roadster existe para disfrutar del cielo abierto y del diálogo silencioso entre conductor y máquina.
Aunque la Final Edition no modifica la conducción del Z4, el paquete aporta una sensación de cierre. El equipamiento de serie sigue incluyendo asientos deportivos envolventes, dirección precisa y la clásica tracción trasera. El lujo aquí está en los matices, no en las cifras.
Desde BMW no sueltan prenda sobre el futuro. Nadie sabe si el Z4 tendrá sucesor. La marca centra sus esfuerzos en los modelos eléctricos Neue Klasse, que serán el núcleo de la firma en la próxima década.
La despedida del Z4 dice más que cualquier comunicado. El mercado de los roadster lleva años menguando y la electrificación avanza en todos los frentes. BMW, al apostar por el desarrollo de la Neue Klasse, sigue la tendencia de la industria: carrocerías más ligeras, mejor aerodinámica y baterías de mayor densidad energética ponen a los eléctricos en el centro de la estrategia. Para los entusiastas, el Z4 deja el recordatorio de que los roadster marcaron una época y lo hicieron con una pequeña y bien medida sonrisa ante un mundo que siempre iba un poco más deprisa.
